Otra jubilada fue sorprendida, golpeada con saña y asaltada en una vivienda de La Plata y la principal sospecha es que se trató de la misma banda que actuó el lunes a la mañana en un chalet de 64 entre 131 y 132, donde se colaron tres sujetos después de robar las llaves que el esposo de la víctima había dejado en la camioneta. Lo hicieron utilizando un inhibidor de alarma.
Una vez en la propiedad, redujeron y maniataron a la dueña y a una amiga. A la primera de ellas, Elsie Saulino, le pegaron trompadas en la cabeza y en su brazo derecho. Y huyeron con 100.000 pesos, su alianza y otros 30 anillos de oro.
El caso más reciente sucedió también el lunes, pero a las 9 de la noche, cuando una jubilada de 80 años estaba sola en su vivienda de 15 y 72. "Mi hermana y yo vivimos con ella, pero en ese momento no estábamos", contó Ricardo (50), el hijo de la damnificada. A diferencia del otro episodio, en éste los intrusos irrumpieron por la fuerza destrozando la puerta del frente de la vivienda, "por lo que es muy probable que hayan tenido un ariete como los que usa la Policía en los allanamientos”, especuló el hombre. Actuaron entre tres y cuatro delincuentes de entre 20 y 30 años, todos con barbijos y armas de fuego.
"La hicieron sentar en una silla en la cocina y uno de ellos le pegó trompadas en la cabeza y en las costillas”, pese a que la indefensa mujer no se resistió al asalto. "Ahora está muy asustada”, reconoció Ricardo. Aterrada por la violencia física y verbal ejercida sobre ella por la banda, la jubilada quedó perpleja con una frase utilizada por uno de los intrusos: "Estamos acá porque es una batida, ahora danos la plata”.
La banda intentó así convencer a la jubilada de que tenían información precisa sobre alguna abultada suma de dinero que iban a encontrar en ese domicilio, aunque allí no había más que lo que terminaron llevándose, 50.000 pesos de la jubilación, una alianza y dos pulseras de oro. El brutal ataque duró 5 minutos que resultaron terribles para la víctima y que pudieron extenderse, incluso, por más tiempo, de no ser porque justo pasó por la cuadra un patrullero que hizo sonar la sirena.
Asustados frente a la posibilidad de que la Policía hubiese ido al lugar advertida por el llamado de algún vecino, los ladrones optaron por escapar raudamente. En el dormitorio, los cajones quedaron tirados. Y la mujer, lastimada y en completo estado de shock
Según contó Ricardo, hace dos meses "ya habían querido entrar a robar a través de la ventana que da a la calle, un rato antes de la hora de irnos a dormir", pero aquel intento no prosperó porque la alarma se activó mientras violentaban la persiana.
