Una familia vivió una verdadera pesadilla en su casa de Villa Elvira. Fue a causa de la inseguridad, que esta vez llamó a su puerta.
Fue en horas de la madrugada, cerca de las dos, cuando las víctimas dormían en una vivienda de las calles 92 y 11. Se trata de un matrimonio compuesto por un hombre de 60 años y la esposa de 55 y la madre de la mujer, una jubilada de 78.
En ese lugar, sin que nadie lo advirtiera, el jueves pasado se colaron tres delincuentes, que permanecieron allí por espacio de unas dos horas y media.
“NOS PEDÍAN 200 MIL DÓLARES”
María del Carmen Alles (55), una de las personas damnificadas por el terrible asalto, brindó un pormenorizado relato sobre lo sucedido.
Lo inició comentando que “los tres ladrones, que parecían tener entre 25 a 30 años, estaban cada uno con un arma de fuego. Tenían gorritas, pasamontañas, barbijos, guantes de lana y de látex y handies”. Como si se tratara de policías.
Enseguida agregó que “entraron en casa tras saltar por los fondos un paredón lateral que da sobre calle 11”.
La banda despertó enseguida a sus víctimas, que en medio de la confusión del momento quedaron más aturdidas al escuchar una insólita exigencia.
En tal sentido, Alles reveló que “nos pedían 200.000 dólares y la verdad que no lo podíamos creer. Creo que se trató de un robo al voleo, pero si los mandó alguien, creo que se equivocaron de casa”.
De todas maneras, la mujer admitió que “se llevaron igual bastante plata, aunque ni remotamente la que nos reclamaban. Además un televisor de 55 pulgadas”. También los delincuentes se alzaron con un suculento botín en joyas y bijouterie de oro.
Recordó a su vez que cuando apenas ingresaron los delincuentes “a cada rato pedían que les diera el botón antipánico, que les hice saber que no tenemos”, al tiempo que mencionó que “actuaron con las luces de la casa apagadas”. Paralelamente, citó que “uno de los delincuentes hablaba por teléfono a cada rato y aseguraba que lo hacía con un jefe policial”.
“NOS ATARON Y PEGARON”
Alles expuso además que los asaltantes “nos ataron de pies y manos a los tres y nos dejaron en distintas partes de la casa. A mi esposo lo llevaron al baño y lo maniataron con cinturones. A mamá y a mí nos ataron en un dormitorio”.
No conformes, los violentos sujetos infundieron miedo también en los integrantes de esta familia recurriendo a la fuerza física de manera más explícita: “Nos pegaron cachetazos en la cara a los tres, ni siquiera se apiadaron de mamá, que es una señora mayor”, lamentó Alles.
Asimismo, los asaltantes paralizaron de terror a las víctimas con una cruel amenaza. Al respecto, reveló que “a mi marido y a mi mamá les pusieron cuchillos al lado del ojo y les dijeron que iban a sacárselos”.
Según la mujer, de a ratos la banda desconcertaba con algunas actitudes amables. Por ejemplo contó que al marido “le alcanzaron en el baño un almohadón y toallones, para que esté más cómodo en el piso. Y en otro momento, nos alcanzaron un vaso con agua”.
Otra cuestión que les resultó curiosa a los damnificados fue que, indicó la mujer, “nos preguntaron al llegar si en el fondo de casa tenemos departamentos, lo cual no es así. Fue una consulta extraña”.
“AGRADECE ESTAR VIVOS”
Alles precisó que la banda permaneció en su hogar “desde las 2 hasta las 4 y media de la mañana” y al borde del llanto reflexionó: “Nadie nos devuelve la falta de privacidad, del enorme desorden que dejaron ni hacerse cargo de la angustia que vivimos”.
“Mi marido, pese a todo, agradece que estamos vivos”, cerró. No es poca cosa.