Menú Cerrar

Relato de una pesadilla en City Bell

Se llama Soledad, tiene 25 años y acaba de sufrir un intento de secuestro en City Bell. Por más de que la Policía, según contó a los medios, “no me dio bola”, las imágenes que captó una cámara domiciliaria son por demás elocuentes.

El hecho tuvo lugar en la esquina de 450 y camino General Belgrano, el sábado cerca de las cuatro de la madrugada. Fueron segundos, pero para ella el episodio duró una eternidad. Y la dejó muy asustada. Tanto que ahora pide ayuda a los vecinos para tratar de identificar a los delincuentes, que eran cuatro, estaban armados y se desplazaban en un Fiat Regatta, al parecer, de color bordó.

Según contó la víctima, apenas bajó del micro y caminaba hacia su casa, distante a unas diez cuadras del lugar, apareció un coche en escena, cuyos ocupantes le gritaron algunas cosas.

Ella escuchó “morocha” y aceleró el paso, nerviosa.

Sin embargo, instantes después volvió a ver el rodado, que habría dado una vuelta de manzana, aunque ahora, salvo el conductor, los demás se bajaron y la rodearon.

Soledad pensó que la querían asaltar y tiró su cartera hacia una vivienda, con tanta mala fortuna, que quedó enganchada en un alambrado, al alcance de la mano.

Igualmente, del bolso los delincuentes se despreocuparon. Solo le sacaron el teléfono celular, que en medio del ataque se le cayó al suelo.

“Me salvó que empecé a gritar y se asustaron”, aseguró la joven, que forcejeó unos instantes con los agresores cuando la arrastraban hacia el vehículo. Y hasta intentaron taparle la boca.

De acuerdo al relato de Soledad, lo que vino a posteriori también la llenó de bronca. No es solo la inseguridad, sino también la falta de contención y ayuda de parte de quienes deben velar por la integridad física de los habitantes de la Ciudad.

“Apenas se fueron, pasó un vecino en auto y paró para ayudarme. Agarré el bolso, me subí y los seguimos, pero los perdimos en la entrada al barrio El Rincón, en Villa Elisa”, mencionó.

En el camino, Soledad habría llamado al 911 para alertar del episodio. “Tomamos los datos, ahora los cursamos a los móviles”, le contestó (palabra más, palabra menos) la operadora de la central de emergencias policial. De todas formas, los patrulleros “ni aparecieron”, destacó la chica indignada.

Al continuar con la reconstrucción de lo que había pasado, comentó que en la estación de servicio de Arana y Belgrano “había una pareja de agentes tomando mate y ni se movieron. Es una vergüenza”.

Algo parecido, siempre en base a sus declaraciones, le pasó en la comisaría, suponemos que en la décima, ya que, como había pasado la información al 911 horas antes, “no me quisieron tomar la denuncia”. El reino del revés.

“YO ERA EL OBJETIVO”

Para Soledad, quedó en evidencia que, al margen del robo de su celular, “yo era el objetivo” y ni quiso ponerse a pensar con qué finalidad, aunque todas las hipótesis están abiertas.

Un secuestro exprés para pasearla por algún cajero; un secuestro extorsivo para pedirle rescate a la familia; un rapto para obligarla a decir dónde vivía y entrar en su casa para llevarse todo lo que pudieran o una intención de propasarse con ella.

Sin dudas, demasiado grave resultó el incidente como para que la Policía no brinde las respuestas que la damnificada necesitaba.

Se sabe que en la zona donde ocurrió todo, muchas propiedades tienen equipos de seguridad. Y también están las cámaras municipales en las intersecciones más peligrosas.

La idea es ver si en alguna de ellas quedó registrado el paso del Regatta y si se puede apreciar su patente, que sería un dato clave para identificar o, al menos, acercarse a los delincuentes.

Al margen de lo narrado, con la difusión que tuvo el caso, debería al menos iniciarse una investigación de oficio y darle intervención a la Justicia. Muy molesta, la chica se volcó a las redes sociales para viralizar el ataque y también a los medios. “Fue horrible”, concluyó.

Más noticias

Acceder

Registro

Restablecer la contraseña

Por favor, introduce tu nombre de usuario o dirección de correo electrónico y recibirás por correo electrónico un enlace para crear una nueva contraseña.