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La guerra de la UOCRA sumó otro capítulo violento y promete nuevas temporadas

La guerra entre facciones que pugnan desde hace años por tener el control de la UOCRA en la región de La Plata, Berisso y Ensenada ya es como una serie interminable que no para de sumar temporadas. El problema es que ésta es real y sangrienta y ayer estrenó un nuevo capítulo protagonizado por los protagonistas de siempre: los parientes de Pablo Pata Medina e Iván Tobar.

Los incidentes del último martes arrancaron en una parrilla muy concurrida del Parque Martín Rodríguez, en Ensenada, escenario habitual de esta encarnizada disputa por la cantidad de empresas que funcionan alrededor del polo petroquímico. Si bien hay versiones contrapuestas de cómo empezó todo, incluso videos con imágenes elocuentes, la Justicia investiga en detalle cómo se desencadenó el episodio.

Algunos dicen que, por esas cosas del destino, coincidieron los dos grupos antagónicos dentro del local comercial. Pero no se descarta que se haya tratado de una emboscada.

En una de las filmaciones se ve cómo uno de los seguidores presuntos de Tobar le pega una trompada al hijo del Pata Medina, Agustín, quien estaba sentado en una de las mesas junto a otros comensales. Esto, claro, desató un escándalo, junto con el terror y el desconcierto entre los comensales que nada tenían que ver con el asunto.

Volaron mesas, saleros, vasos, botellas y hasta braseros con carbón encendido, mientras los laderos de los Medina usaban tablas a modos de escudos, emulando a los infatigables seguidores del rey Ragnar Lodbrok, en "Vikingos" (si se nos permite la generosa analogía).

La pelea siguió en las inmediaciones y hubo autos destrozados, entre ellos uno de marca japonesa que pertenece al del nieto del Pata, aparentemente corrido de la escena pese a que su figura siempre sobrevuela en la idea de un posible retorno al cargo mientras libra su batalla en el frente judicial.

El auto de Braian Medina

La llegada de los patrulleros pareció calmar los ánimos de todos -menos los de los dueños de la parrilla, que terminó como tierra arrasada-, aunque no fue más que la calma previa a la tormenta  que se desató en la puerta de la comisaría Tercera de Ensenada, en el barrio El Dique, sobre la avenida 122 y 47. Es que mientras adentro las huestes de Tobar daban su versión de los hechos, los aliados a Medina desembarcaron en masa, en una turba de motos que parecía flanquear a una Traffic, de donde bajaron varios hombres que empezaron con insultos y piedrazos hacia la seccional.

La respuesta no tardó en llegar y otra vez hubo nuevos enfrentamientos. Hubo gente herida y la Policía tuvo que recurrir a sus escopetas con postas de estruendo para dispersar la revuelta. Demás está decir que a esa hora, la intersección lucía cargada de tránsito. Y quienes tuvieron la mala suerte de estar en el lugar, presenciaron, en primera fila, cómo dirimían quién era el más pesado.

 

 

La causa que inició la Policía, con intervención de la fiscalía de Marcelo Romero, quedó caratulada como “daño y lesiones”. De acuerdo al reporte oficial, Brian Nahuel Medina (nieto del Pata) aparece como víctima/imputado. Lo mismo que Cristian Medina, alias Puly. Figuran también como víctimas Luciano Garmendia (25) y Luis Emanuel Nievas (27). Y, como damnificados, Nicolás Tobar (24) y Franco Rubén Gamarra (23).

Brian Medina, que habría tenido que trasladarse hasta el hospital Rossi para que le suturen las heridas que tenían en el cuero cabelludo, se volcó a las redes sociales para describir lo que había vivido y anticipar que “esto no queda acá”.

“A los cobardes, esta no se las regalo. Los voy a matar. Otra vez 15 contra uno, pero jamás voy a ir para atrás”, desafió.

Brian Medina, nieto del Pata

El abogado Alejandro Montone, en representación de Cristian “Puly” Medina, hijo del Pata, se acercó hasta la fiscalía de Romero para radicar la denuncia, aportar videos del momento  y solicitar que se los acepte en el expediente como particular damnificado. Al parecer, serían más los lesionados y alguno de ellos, incluso, con riesgo de perder un ojo, se informó.

Muchos testigos refirieron que en los alrededores del hospital Rossi de La Plata se respiraba un clima "raro, como de tensión", con más de 60 personas "dando vueltas con caras de pocos amigos", describieron en el barrio.

El Pata Medina también apareció por allí y pidió no ser fotografiado. Lamentablemente, todo permite suponer que la cuestión no terminará acá. Con un sindicato intervenido y, que no convoca a elecciones, para que los afiliados elijan a sus autoridades, el panorama no luce para nada alentador. En Ensenada, a nivel municipio, existe una gran preocupación por estos escarceos interminables.

La puerta 2 de YPF, se sabe, es uno de los puntos más sensibles, donde se debate -a como dé- los intereses en pugna. Es que la exclusión de uno de los grupos de una empresa contratista, se convirtió en foco permanente de reclamos y asambleas, aunque el debate no suele ser el camino que prevalece en esta interna feroz.

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