Un hombre de 69 años y su esposa, de 67, vivieron una noche de auténtico pavor en su casa de 26 entre 68 y 69, donde los redujeron dos ladrones justo cuando volvían de disfrutar del partido de despedida de Gastón “La Gata” Fernández en el estadio de Estudiantes.
Aníbal Belvedere (69) y Angélica Sánchez (67) todavía comentaban detalles de esa fiesta deportiva cuando escucharon las amenazas de los sujetos armados en el garaje de su vivienda. Eran las 22.30 del viernes. Y tenían a dos perfectos desconocidos apuntándoles a la cabeza. Enseguida, uno de los ladrones le ordenó a Aníbal: “Metete adentro o te mato”.
“A mi marido lo trajeron a la cocina, le dieron culatazos en la cabeza y cuando cayó al piso le pegaron patadas por todo el cuerpo”, contó Angélica, puntualizando que a causa de uno de esos golpes su esposo sufrió un corte en el cráneo por el que sangró bastante y fue asistido en dos hospitales, el San Juan de Dios y el Rossi.
A ella también la maltrataron bastante: "Me dieron un culatazo en la cabeza, me pegaron una trompada en las costillas, que me dejó muy dolorida, y hasta me dieron algunos cachetazos en la cara”, contó la mujer, castigos que ocurrieron en el dormitorio de la pareja. Angélica terminó en el piso.
El matrimonio aclaró que los asaltantes ejercieron esas muestras de violencia sin que ellos se ofrecieran resistencia. Porque sí.
En todo momento los ladrones expusieron que sólo querían plata y joyas. “Ni siquiera quisieron llevarse nuestra camioneta y el auto, como tampoco los celulares”, señaló Sánchez en una entrevista con el diario El Día.
La pesadilla para las víctimas duró 45 minutos, que dedicaron a golpearlas y a revisar por todos lados en busca de lo que querían robar.
En total se llevaron 200.000 y 250.000 pesos, dos alianzas y cuatro cadenitas de oro, relojes, bijouterie de menos valor y algunas llaves, después de revisar todos los ambientes.
"Buscaron hasta en la claraboya del baño, los taparrollos, corrieron de lugar el placard y lo mismo la heladera, por si había dinero escondido”, recordaron los jubilados, antes de cerrar: "Cuando huyeron, en la casa parecía que se había dado una batalla campal; era Kosovo”.
Hace 30 años que la pareja reside en ese barrio y hasta el viernes nunca habían sido asaltados.