POR PABLO FUNARO
La trágica muerte de Rubén Walter Armand (35), ocurrida el 12 de abril pasado en La Plata, cuando su moto fue embestida en 13 y 532 por el auto que conducía la influencer Felicitas Alvite (21), colocó a la joven en el centro de la escena. Por ser una chica de las redes sociales, con una impronta muy particular, su familia de Zona Norte y un futuro que prometía más proyectos que dificultades, todo el mundo habla de ella. Pero detrás de bambalinas hay una familia que sufre la pérdida, que llora y se angustia. Más cuando están tan cerca las fiestas de fin año. Hablamos de la madre, los hijos, los hermanos y los sobrinos de la víctima, quienes siguen reclamando justicia y que no saquen a la imputada de su lugar de detención.
Quien siempre toma la palabra es Milton Armand, tal vez por ser el hermano mayor de Walter. A sus 48 años, reviste un poco el carácter de vocero familiar y quien siempre se muestra accesible al diálogo.
Igual nada es fácil para él. “Estamos rotos”, soltó como primer gran definición. Y fundamentalmente se refiere a la madre, Nieves (67), con quien Walter convivía.
“Desde su última separación -por el hermano-, se instaló en la casa de mamá a Quilmes y a nosotros nos parecía bien, nos daba tranquilidad, porque teníamos a alguien siempre cerca de ella, que pudiera ayudarla ante cualquier problema. Eran muy unidos”, recordó Milton.
Walter era padre de dos chicos. Uno de 13 años, que está en Uruguay, y otro de 6, que reside en La Plata. Precisamente por el más chico es que estaba en la Ciudad aquel viernes fatídico.
“Era un músico de alma, con un don natural. Se dedicaba a tocar y cantar. Su vocación siempre estuvo muy marcada”, explicó su hermano.
Justo por esa cualidad, es que su ausencia no pasará desapercibida en estas celebraciones que se avecinan.
Sin dudas, la familia Armand no tiene nada para celebrar. “Se va a notar mucho que no está. Será difícil. Él siempre era el que animaba cualquier reunión. Muy alegre, extrovertido. Nos duele en el alma”, refirió Milton.
“Por suerte la fiscalía actuó muy bien y rápido desde el principio. Nosotros lo único que esperamos es que Alvite pague por todo el dolor que causó. Sabemos que la quieren correr de la cárcel, pero no nos parece justo”, agregó.
En este punto, muchos sienten que hay una doble vara. Es por las idas y venidas que existen con su posible detención domiciliaria.
“Argumenta problemas de salud, pero que le aparecieron de repente. Crisis de angustia, de pánico, que antes no tenía. Creo que a otros ni siquiera le dan la posibilidad de plantearlo. A ella la escuchan, están amagando con que la van a sacar de prisión. Ojalá no se cumpla”, expresó.
Ya con un análisis más racional, despojado de la angustia que lo atraviesa, Milton destacó que “la Toretto” destrozó a las dos familias: “De alguna manera, a sus propios padres y demás familiares no les debe ser fácil tenerla presa. Pero la tienen. La pueden ver y en unos años estará en la calle. Nosotros en cambio, a Walter lo perdimos para siempre”.
A la familia Armand, según el testimonio de Milton, le duele que no le hayan pedido perdón, que no se hayan acercado con esa sincera disculpa por lo ocurrido.
“Desde el minuto uno quiso embarrar la cancha. Le pidió a los amigos que mantuvieran silencio, que borren los mensajes y no sé cuántas cosas más. Que finjan demencia. Y lo que tuvo que haber hecho es hacerse cargo. Poner la cara. Ella sabía que podía matar manejando a esa velocidad y pasando semáforos en rojo. Lo mismo que la amiga, que pasó por la esquina del choque un segundo antes. Un segundo”, se quejó.
“NO PODEMOS OLVIDAR”
A veces, en la búsqueda de superar un trauma, muchos recomiendan no pensar en determinada situación, aunque es un proceso dificultoso y que en ocasiones requiere de ayuda profesional. Milton Armand lo sabe y lo cuenta: “Por más que tratemos de no hacerlo, no podemos olvidar. Las imágenes se te vienen a la cabeza. No soy de mirar las redes, pero algunas de mis hermanas sí y siempre cuentan ´viste esto, viste lo otro, viste lo que salió, lo que se publicó´. Por un lado, sabemos que hay que estar activos para que la causa no se caiga, aunque no es sencillo transitar este camino”.
De padre uruguayo y madre argentina, Walter era el más chico de los hermanos. Milton es el mayor y después vienen Laura, de 38 años y Andrea, de 36.
Tocaba varios instrumentos y tenía su propia banda de salsa, “Pachanga”, donde ponía la voz.
Ante lo ocurrido, de acuerdo a fuentes tribunalicias, la madre de su hijo menor ya presentó una demanda por daños y perjuicios, que tramita ante el Juzgado Civil y Comercial N° 10 de La Plata, donde reclama la suma de “500 millones de pesos, o lo que en mas o en menos surja de la prueba a producirse, con más actualización del I.P.C. informado por el I.N.D.E.C. desde la fecha del siniestro y hasta el momento de su cuantificación, con más el seis por ciento de intereses anual y desde dicho momento y hasta el efectivo pago con más la tasa activa del Banco de la Provincia de Buenos Aires”.
La acción está dirigida contra Alvite, la dueña del auto, la amiga Valentina Velázquez y la aseguradora Sancor, que ya adelantó su postura de exclusión de cobertura por mediar dolo o culpa grave de parte de quien tenía la conducción automotor, tal como está previsto en la póliza.
EL ESTADO DEL PROCESO
Con la elevación a juicio de la causa Alvite en estado de firmeza, solo queda que la Cámara Penal de La Plata proceda al sorteo del Tribunal que tomará intervención en el expediente, se notifique a las partes de su integración, se evalúen posibles recusaciones y, una vez zanjado cualquier diferendo, se active el procedimiento de análisis probatorio para fijar la fecha de debate.
El juicio, por decisión de la defensa, se hará bajo el sistema de jueces técnicos, no por jurado popular, mientras Casación analiza una última apelación por la denegatoria de prisión domiciliaria.