Una mujer fue asaltada en su casa de San Carlos, en un hecho que se caracterizó por la violencia con la que actuaron dos delincuentes, ya que no solo sorprendieron a su víctima mientras dormía, la amenazaron y ataron con una soga y se llevaron todo lo de valor que encontraron, sino que además hirieron, mataron o se llevaron a su gatita.
El salvaje episodio ocurrió alrededor de las 03.00 en la planta alta de una vivienda ubicada en 137 entre 527 y 528, donde la víctima se encontraba sola y durmiendo. La mujer se despertó abruptamente ante un fuerte estímulo visual, ya que los intrusos -que estaban encapuchados- encendieron la luz de su habitación.
Dejar su sueño y volver a la vida real al abrir los ojos solo fue para encontrarse con el horror de una pistola apuntándole a la cabeza. Los delincuentes, claramente preparados y con un plan delineado, le ordenaron que se mantuviera quieta, mientras procedían a atarle las manos y los pies con una soga.
En un acto de desprecio absoluto, le cubrieron el rostro con una almohada, dejando a la víctima impotente ante la amenaza de ejecución si no entregaba sus pertenencias. Bajo intensa presión y, temiendo por su vida, la mujer indicó a los asaltantes dónde podían encontrar algo de efectivo, así como la llave de su Chevrolet Onix.
Según fuentes oficiales, los ladrones se apropiaron de 200 dólares, dos televisores, 80 mil pesos argentinos y un teléfono celular Motorola. A la dueña de casa le ordenaron también la clave de su billetera virtual, de modo que se presume que también hicieron transferencias desde allí.
El asalto -sin dudas- cobró un giro aún más oscuro cuando, tras el levantamiento de huellas y pruebas en la escena del crimen, la Policía encontró un charco de sangre que, según las primeras hipótesis, no sería humana. Este hallazgo sugiere que los ladrones habrían atacado a la gata de la mujer, o algo aún peor.
Es que el animal, según destacó la denunciante, era bastante territorial y se hacía sentir con sus maullidos. Hasta el momento, la gata no puedo ser hallada, alimentando la angustia de su tutora.
Los investigadores han indicado que los delincuentes utilizaron una ganzúa para abrir una puerta que, a pesar de estar asegurada con un pesado mueble, no presentó mayores obstáculos para su acceso. La ejecución del robo fue llevada a cabo con notable sigilo, ya que la mujer no tuvo
ninguna percepción de lo que sucedía hasta el momento en que fue sorprendida dentro de su dormitorio.