Por Rudy Castillo
En patota. Catorce contra uno, un ataque violento y al borde de una tragedia. La Justicia de La Plata avanza en la investigación para tratar de determinar las causas por las que un joven de 24 años fue víctima de una despiadada golpiza que lo dejó inconsciente durante la madrugada del último sábado en Diagonal 74, entre 10 y 48.
Si bien -y milagrosamente- el damnificado recibió el alta médica, este hecho expone, una vez más, que el fenómeno de la violencia juvenil se agrava y no parece no tener, en lo inmediato, una solución.
“Cuando me llamaron para avisarme que mi hijo estaba en el hospital, se me vino el mundo abajo, pensé lo peor”, expresó Mari, la mamá del chico atacado, con la voz quebrada y sin poder contener las lágrimas. En diálogo con EL DIA, la madre detalló que el sonido de su celular, por un número desconocido, la despertó a las 7 de la mañana de ese sábado.
“Tu hijo fue golpeado e ingresó inconsciente al Hospital Rossi”, le dijeron. Inmediatamente, conmocionada por la noticia, la mujer agarró sus cosas y partió al nosocomio. “Mientras iba a verlo, lloraba y pensaba que ‘no quería que mi hijo fuera otro caso Fernando Báez Sosa’”, reveló Mari.
Es que, a cinco años y medio del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven de 19 años que recibió una brutal paliza a la salida de un boliche, en Villa Gesell, un mismo patrón vuelve a repetirse en el ambiente de la noche en La Plata: peleas de muchos contra uno, que derivan en consecuencias extremas, como heridas graves o, en el peor de los casos, homicidios.
“Casi matan a mi hijo, como a Fernando Báez Sosa”, volvió a decir Mari, con la voz rota por el llanto. Según su testimonio, su hijo esa noche había salido con dos amigos cuando, en el marco de un hecho de inseguridad, José fue rodeado, golpeado a patadas y a trompadas, sin que pueda defenderse, mientras algunos de ellos le robaban sus pertenencias.
La golpiza fue tan feroz que el joven perdió el conocimiento, aunque sin embargo, no fue el único accionar preocupante. Tal como sucedió en el crimen de Báez Sosa, que terminó con ocho condenados, esta vez la agresión también quedó filmada por testigos que, en vez de intentar calmar a los violentos, alentaron a que la gresca tome más temperatura. O incluso “celebraron” cada patada. En este alarmante contexto, las señales que se palpan no son buenas.
“Mi hijo se salvó gracias a Dios. Él sigue mareado y muy lastimado. Si él no se cubría la cabeza con la mano, lo mataban”, dijo la madre, y agregó: “José sufrió politraumatismo, le rompieron la cabeza, está vivo de milagro. Dos autos que pasaron le salvaron la vida”.
“Robale el camperón, el pantalón y las zapatillas, decían quienes lo rodearon. Lo querían dejar desnudo”, contó Mari luego de poder hablar con su hijo José, el tercero de cuatro hermanos. “Él es un chico trabajador, es mecánico”, sostuvo.
Lo cierto es que tras el seguimiento de las cámaras del Centro de Operaciones y Monitoreo Municipal, la Policía detuvo a 14 jóvenes, entre ellos 10 menores de edad, en la zona de 8 y 50.
Los menores que fueron demorados y que quedaron a cargo de la Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, ya fueron entregados a sus progenitores. Voceros informaron a este diario que “fueron liberados porque si bien estaban en el tumulto, no le habían pegado”, e incluso mencionaron que “no coincidían las vestimentas con el informe policial brindado”.
Los cuatro restantes, mayores de edad entre 18 y 19 años, sí se encuentran detenidos bajo la carátula “robo doblemente agravado en grado de tentativa por intervenir un menor y su comisión en poblado y en banda”, con la intervención de la Unidad Funcional de Instrucción N°8, dirigida por el fiscal Martín Almirón, y con la intervención del Juzgado de Garantías N°1.
FILMADOS
Una de las cámaras de monitoreo de la Comuna registró la brutal secuencia. Sin embargo, horas más tarde aparecieron nuevos videos que complican la situación judicial de los cuatro detenidos por la salvaje golpiza en el Centro. En las imágenes se observa a la víctima tendida en el asfalto y siendo golpeada a piñas y patadas.
Tras el ataque, los agresores se dispersan en distintas direcciones, llevándose uno de ellos el calzado. Estas imágenes se suman a la secuencia previa cuando el joven cruza la calle entre autos estacionados por el semáforo, intentando alejarse de sus atacantes. Sin lograrlo, termina rodeado, tal como él le relató a su madre Mari.
En este marco, y en el avance de la investigación, los cuatro jóvenes aprehendidos, no mayores de 20 años, en la jornada de ayer se negaron a prestar declaración ante el fiscal Martín Almirón. De esta forma todos continuarán detenidos y se les sumará al expediente los videos que circularon en las últimas horas, lo que complicaría aún más su situación