A 48 horas del incendio y derrumbe que convirtió a un sector del centro de La Plata en zona de desastre, la hija de la dueña de la vivienda afectada habló de la historia familiar, de la casa y también acerca de cómo era vivir al lado del depósito de electrodomésticos que terminó devastado en diagonal 77 y 48.
"La casa fue comprada en 2005 y restaurada por completo: se renovaron techos, pisos y mampostería. La familia volcó allí todos sus esfuerzos, con el objetivo de que funcionara como consultorios. Y así fue durante varios años. A partir de 2010 —cuando la estación de servicio lindera fue cerrada— también comenzó a funcionar como vivienda y espacio de trabajo para las hijas de la familia".
También explicó: "Durante casi 20 años se realizaron tareas constantes de mantenimiento. Aunque la casa había sido completamente renovada, la intención era preservarla en el mejor estado posible. Cuando compramos la propiedad, los Aloise ya eran dueños de la estación de servicio YPF ubicada al lado, y también utilizaban la parte de arriba que contaba con varios pisos e incluso un ascensor. En 2010 cerraron la estación, tras un litigio judicial con YPF. Los surtidores quedaron instalados por un tiempo, hasta que terminó el juicio. Se desconoce cómo se llevaron a cabo las tareas de cierre de la estación; hay sospechas fundadas de que los tanques de gas no fueron correctamente sellados".
"Casi de inmediato-siguió-, el predio comenzó a ser utilizado como estacionamiento y depósito de mercadería. Era común ver autos de alta gama —presumiblemente de los propietarios —, y con el tiempo incluso instalaron un local de ropa en la esquina. Nunca tuvimos contacto con los dueños, pero sí con sus empleados: primero, los trabajadores de la estación; luego, los serenos del estacionamiento. Ellos compartían a menudo sus quejas: condiciones de trabajo inseguras, sueldos bajos, abandono", expresó.
UNA MAÑANA DE TERROR
La crisis estalló el miércoles a la mañana: "Alrededor de las 6 de la mañana, una vecina escuchó una serie de explosiones", recordaron. Sabía que en la casa vivía la hija menor de la familia y salió corriendo para rescatarla. La joven estaba dormida, no había oído nada.
Gracias a la rápida intervención de varios vecinos, lograron despertarla y ponerla a salvo. "Después de ese milagroso rescate, siguieron varias horas de incendios y explosiones que los bomberos no lograban controlar", detallaron allegados a la familia.
"Mientras los medios transmitían imágenes captadas por drones, pudimos ver —con impotencia— cómo nuestra casa se derrumbaba bajo el efecto de las explosiones incesantes provenientes del depósito. Aunque el lugar siempre tuvo movimiento de carga y descarga, en los días previos al incendio nos llamó especialmente la atención la cantidad de electrodomésticos que estaban almacenando en los pisos superiores. Como vecinos lindantes durante dos décadas, conocemos muy bien las rutinas de ese sitio. Esta vez, era evidente que estaban atiborrando el lugar. Incluso, en la madrugada del mismo día del incendio, varios vecinos vieron una camioneta entrando y saliendo del edificio".
SIN RESPUESTAS
"Ese depósito —habilitado o no— estuvo en actividad hasta último momento. Los Aloise nunca corren, vuelan. Y esta vez casi vuelan el barrio a pedazos. Nuestra casa fue una de las más afectadas por los estragos del incendio. Hasta el día de hoy, no hemos recibido ninguna respuesta de los responsables", advirtieron los damnificados, quienes reclaman "justicia por los daños causados, y por el peligro al que
fueron sometidos todos los vecinos".
"Ahora los negocios tienen que cesar su actividad ya que aun no están garantizadas condiciones seguras. No se puede seguir tolerando que en una ciudad donde pocos mandan, muchos padezcamos las consecuencias de su negligencia criminal", cerraron.
LA HORA DE LOS PERITAJES
Por otro lado, perros de la brigada de rescate de la Policía Federal Argentina, específicamente del equipo USAR (Urban Search and Rescue) trabajaron ayer entre los escombros del depósito derrumbado, y no marcaron la presencia de restos humanos. De todas formas, fuentes judiciales aclararon que aún no se pudo acceder a los dos niveles -de los cuatro- que quedaron en pie, literalmente pendiendo de un hilo, por lo que la hipótesis no puede ser desechada.
La estructura de la construcción quedó muy afectada por la prolongada exposición a altísimas temperaturas -algunos expertos hablan de unos 400 grados durante el tramo más álgido del siniestro- por lo que, finalizadas las tareas de enfriamiento, el edificio deberá ser demolido.
A través de un informe oficial, la Municipalidad de La Plata destacó que “la estructura del edificio se encuentra gravemente dañada. Que se observan partes de las losas correspondientes al tercer piso que se han desprendido, perdiendo estabilidad y derrumbándose sobre pisos inferiores. Que se han derrumbado muros exteriores sobre la vía pública”.
También se precisó “que existen vigas importantes de soporte, del segundo y tercer nivel, que se encuentran inclinadas, y las columnas que soportan las mismas se encuentran gravemente dañadas con su unión. Por último, durante el comunicado remataron: “Todo lo descrito es lo que se puede apreciar desde el exterior del edificio, resultando suficiente para concluir que la estructura sufre un grave riesgo de derrumbe y que aún se encuentran con temperatura producto del incendio, por lo que resulta necesario que la misma se enfrié para poder determinar los daños adicionales que puedan surgir”.
Ayer por la tarde, la edificación, que parecía bombardeada, seguía humeante y de aspecto muy debilitado.
El fiscal que investiga el hecho, Juan Cruz Condomí Alcorta, fue consultado sobre la versión de la extraña presencia de una camioneta antes de que estallara el foco ígneo y una serie de sonido extraños. “No me constan esas circunstancias en la causa”, dijo contundente y agregó que “estamos indagando filmaciones.
Ahora, justamente uno de los elementos que queremos tratar de recuperar en estos primeros instantes es un DVR con todas el material audiovisual, porque no hay reserva remota de imágenes”.
Todo el barrio sigue vallado y con limitación de desplazamiento, por la presencia de autobombas, ambulancias, patrulleros y otros equipos para emergencias. ¿Cuánto tiempo más durará esta situación? Por ahora nadie tiene certezas. Incluso hay 30 familias que esperan poder retornar a sus hogares. Son las que vivían en el PH lindero.