En la oscuridad de la noche platense, una nueva página de violencia se escribió con sangre en la esquina de 121 bis y 527, Tolosa, donde un remisero de 36 años fue brutalmente baleado en lo que se presume un intento de robo. El hecho, todavía envuelto en un manto de incertidumbre, mantiene en vilo a su familia, mientras la víctima lucha por su vida en el Hospital Gutiérrez.
Todo ocurrió en la noche del domingo, cuando dos mujeres que caminaban por la zona escucharon una serie de detonaciones. Instantes después, la imagen resultó tan impactante como desconcertante: un auto blanco, un Renault 9, se encontraba incrustado en un zanjón. Visiblemente alteradas, las mujeres hicieron señas a los policías de una garita cercana, quienes enseguida se desplazaron hacia el lugar.
Llegaron pronto, porque estaban a unos 100 metros de donde pasó todo, y lo primero que vieron fue a un hombre sentado en el asiento del conductor, aún consciente, con gestos de dolor.
“Me dieron un tiro, ayúdenme, me duele la espalda”, llegó a balbucear. Inmediatamente, los oficiales solicitaron una ambulancia mientras resguardaban la escena. Mientras tanto y, con el correr de los minutos, el lugar se llenó de vecinos y familiares que, desesperados y furiosos por la demora del auxilio médico, comenzaron a buscar soluciones para que el conductor recibiera atención urgente.
Una luz de esperanza surgió cuando una mujer de 52 años -hermana de la víctima- llegó en un Fiat Palio oscuro y, junto a otros allegados, lo trasladaron por cuenta propia hacia el hospital más cercano. La víctima ingresó de urgencia al quirófano con una grave herida de bala en la espalda, con fin del trayecto a la altura del estómago.
Según se dio a conocer, por el recorrido del proyectil, se procedió a una exploración inicial y después todo terminó en una intervención quirúrgica. Por estas horas, su estado es reservado, sin poder declarar ante las autoridades.
Los primeros indicios apuntan a un intento de robo en un barrio muy caliente por la ola de violencia e inseguridad. La principal hipótesis sostiene que el agresor o los agresores serían pasajeros que el remisero levantó previamente y, que en algún momento del viaje, habrían intentado despojarlo de sus pertenencias. Sin embargo, al no haber testigos presenciales y, debido al silencio obligado de la víctima por su estado crítico, no se descartan otras líneas investigativas.
Más tarde, se estableció que el vehículo no pertenecía al herido sino a un joven de 20 años que aseguró ser su amigo y que se lo prestaba con frecuencia para trabajar como remisero. Mientras tanto, el Renault 9 quedó incautado para peritajes y la Policía intenta reconstruir el recorrido del coche a través de cámaras de seguridad cercanas, a fin de identificar a los posibles atacantes.
El objetivo es obtener algún dato preciso sobre vestuario, características físicas, cómo se movían, si realizaron algún tipo de tareas de inteligencia previo al ataque y confirmar la cantidad de sujetos que participaron del golpe. No se sabe tampoco si llegaron a robar algo.
En el hecho, tomó intervención personal de la comisaría sexta, con conocimiento de la UFI Penal en turno de La Plata.