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La Plata a sangre y fuego

Crimen del enfermero: sus afectos lo despidieron bajo la lluvia y preparan una movilización de ambulancias frente a la Municipalidad

Mientras los investigadores siguen a la caza de los motochorros que este sábado fusilaron a Jonatan Nicolás Calderón para robarle la moto y la mochila, decenas de personas despidieron al enfermero de 40 años en la casa velatoria de 24 entre 45 y 46. En esta mañana lluviosa, en tanto, otra multitud se acercó al cementerio de Ensenada para la inhumación de sus restos. Aunque la tristeza y la bronca son sentimientos que no parecen maridar muy bien, en este caso se fundieron en las expresiones de una multitud que promete movilizarse para exigir justicia.

Por lo pronto, mañana a la mañana está previsto que se concentren desde las 10:00 AM en la puerta de la municipalidad de La Plata, con la participación de  varias empresas de ambulancias particulares, personal del Hospital Rossi y todos aquellos que no quieren convivir con el miedo de perder la vida durante algo tan cotidiano como ir a trabajar.

Porque eso fue justo lo que le pasó a Calderón a las 05:50 de ayer, cuando dos motochorros armados lo interceptaron en la esquina de 10 y 63, a una cuadra y media de llegar a su trabajo, en la empresa de emergencias SIPEM, para robarle el ciclomotor que una semana antes se había comprado en cuotas.

El enfermero se resistió. Se defendió. Y así lo confirmó un colectivero de la Línea 275 que pasaba por la zona -rumbo a avenida 66- con pasajeros en el micro.

“Los motochorros eran dos, estaban en una Keeway 150cc. y estaban forcejeando con la víctima”, recordó el testigo en una declaración que resultó clave en la reconstrucción del hecho. Fue todo muy rápido, tanto, que el chofer reconoció que no pudo hacer nada para evitar la tragedia.

En medio del forcejeo, Calderón recibió un disparo en el omóplato izquierdo. La detonación se escuchó en toda la cuadra y algunos vecinos mencionaron haber escuchado dos explosiones, pero lo cierto es que el sonido acompañó a la fuga de los motochorros quienes- no conformes con tomar posesión de la moto del enfermero-se llevaron también la mochila que llevaba colocada.

Minutos después llegaron los patrulleros y  una ambulancia del SAME, pero los emergentólogos no pudieron hacer otra cosa que constatar la muerte de Calderón, este hombre de 40 años que tenía más de dos trabajos (uno de ellos en el Hipódromo de La Plata y otro en el hospital San Martín), para poder sostener a su familia. Estaba casado y tenía tres hijos pequeños, con quienes vivía en Tolosa.

La madre y la hermana de Jonatan también son enfermeras en el hospital Rossi, donde la noticia tuvo un fuerte impacto, igual que en Ensenada, de donde la familia es oriunda.

La Científica estableció que la muerte de Calderón fue causada por un disparo de arma de fuego, cuyo calibre no trascendió. La causa quedó en manos de la UFI N°1 de La Plata, a cargo de Ana Medina, y se trabaja para obtener imágenes fílmicas de las cámaras de la zona.

LOS COMPAÑEROS

A las 7 de la mañana de ayer,  los trabajadores de la empresa de Servicio de Emergencias Médicas (SIPEM), ubicada en calle 63 entre 8 y 9, se preguntaban por qué Jonatan Calderón no llegaba, ajenos al operativo que peritos, policías e instructores de la fiscalía ya habían desplegado a pocos metros de allí, donde yacía el cuerpo del enfermero. “Llevaba su uniforme laboral”, explicaron las autoridades, que se acercaron a la base de SIPEM para informarles el hecho.

Uno de los compañeros de Calderón  acompañó a los efectivos para reconocer el cuerpo. “Entraba a trabajar a las 7 en la zona del Hipódromo, pero previo venía a buscar un móvil a la base de SIPEM”, contó.

“Tenía tres hijos. Era un pibe trabajador, de su casa. Esto ya es cualquiera, la otra vez a un compañero también le robaron acá en la puerta. Esta zona es tierra de nadie, a la mañana o a la noche, es terrible”, comentó.

“Nosotros entramos y salimos todo el tiempo por el cambio de guardia. Acá no vemos pasar a la Policía, y de noche es peor. Se ve todo el tiempo inseguridad. Calderón trabajaba dos veces por semana acá, siempre de mañana me lo cruzaba”, y agregó: “Lo mataron como un perro para robarle la moto. Hace poquito la tenía, se la había comprado recién. Desgraciadamente le tocó a él. Hoy en día es la vida de ellos o la nuestra. Y primero te disparan porque son cagones, no son los chorros de antes que tenían sus códigos. Robaban, pero no a la gente laburante, ahora no tienen códigos”.

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