Un comisario de La Plata, que alguna vez prestó servicios en la DDI, quedó bajo la mira de la Justicia penal y del gabinete de Delitos Sexuales de ese mismo grupo, bajo sospecha de haber sometido sexualmente a una niña siendo profesor de una escuela secundaria de Colonia Urquiza, confirmaron fuentes oficiales.
La causa arrancó a partir de los cambios de conducta que experimentó desde 2023 una chica de 11 años, advertidos por sus padres y sus dos hermanas, con quienes convive en una casa de Melchor Romero. Se mostraba muy irascible en la casa, no quería ir a clases y atravesaba pasajes de angustia, además de aislarse y declinar salidas con sus amigas.
Su madre supuso en un primer momento que podía tratarse de reacciones propias de la preadolescencia, pero al parecer la realidad era otra y muy grave. La menor asistía a la Escuela Secundaria Nº 86 de Colonia Urquiza, en las calles 492 y 186, desde donde llegaron a llamar a la mujer para preguntarle por su hija, ya que no apareció varias veces por el aula. Extrañada, porque la veía prepararse para el colegio, se enteró de algo terrible.
Después de machacar e insistir, la chica discutió, lloró y finalmente habló. En medio de una crisis, en enero de este año la nena contó que era blanco de presuntos abusos por parte de un profesor.
“No solo abusaba de mi, también me decía que me iba a matar”, le dijo a la madre y a las hermanas, que son mucho más grandes que ella. Por eso les suplicó que no denunciaran nada, porque tenía terror.
“Si hacés la denuncia, será peor. Soy comisario, soy policía y te voy a encontrar en cualquier lado”, le habría dicho el docente a la alumna, de acuerdo a lo que la madre expuso en el Gabinete de Delitos Sexuales de la DDI La Plata, en 1 y 59. La joven habló de tocamientos en sus partes íntimas y que “le había metido el coso en la vagina”, siempre en base a lo que surge de la presentación oficial. La menor no pudo especificar si el acusado usó profiláctico.
Al parecer, para consumar esos aberrantes encuentros, llevaba a la chica a un salón contiguo al aula donde le daba clases. Según figura en la denuncia, muchas de esas situaciones habrían ocurrido cuando otros docentes la mandaban a buscar material didáctico o fotocopias al salón donde se encontraba el profesor, quien presuntamente se aprovechaba de esa circunstancia, la tomaba de un brazo y, por la fuerza, la llevaba al sector donde la violaba, expresó la madre en su exposición.
Siempre con la denuncia como fuente de información, el maestro le advertía que si no se dejaba tocar le iba a pegar, algo que también se supone que hacía. En el parte se refirió empujones contra la pared, agarradas del cuello, del pelo, cachetazos, que explicarían los moretones que advirtieron en la casa, aunque la menor refería haberse golpeado en la clase de educación física para que no le siguieran preguntando.
En una situación de absoluto desmadre, la mujer narró que una vez su hija intentó resistirse, pero que el docente, haciendo gala de su condición extracurricular, se habría sacado su arma reglamentaria de la cintura y la apoyó en una mesa.
“La nena me dijo que se resistió igual y que le llegó a apuntar a la cabeza”, se transcribe en la exposición. También se habló de comportamientos fuera de lugar, cuando delante de sus compañeros, el docente le habría dicho a la joven que la llevaba a la casa, que le quedaba de pasada, porque estaba lloviendo, algo que la incomodó mucho. “Me dijo que se puso colorada”, aseguró la madre.
Fue con la ayuda de una psicóloga que la menor logró romper esa primera barrera y permitir que la madre hiciera la denuncia, aunque el miedo nunca lo perdió.
Otra movida importante tuvo que ver con cambiar a la niña de escuela. Actualmente asiste a una en el Centro de la Ciudad. Ante la gravedad de la denuncia, ahora se espera que el colegio informe qué pasó con el docente
Sobre el sospechoso del ataque, la mujer explicó que, apenas tomó conocimiento de l que le había pasado a la hija, se fijó en internet si el docente tenía otras denuncias y encontró información en ese sentido, aunque no sabe si salieron de las redes sociales para llegar a la Justicia, como en este caso, o solo quedaron en la virtualidad.
Inmediatamente, expuso su intención de instar la acción penal y que la causa llegue hasta las últimas consecuencias. El acusado ya habría sido apartado de su cargo pero, al parecer, todavía no de la fuerza. Por otro lado, se sabe que tuvo un fuerte vínculo sentimental con una funcionaria judicial años atrás.
El hecho es investigado por la UFI Nº 7, a cargo de la fiscal Virginia Bravo.