Camuflados y con ropas oscuras, cuatro delincuentes provocaron una tragedia en la Ciudad. En esta nota, brindaremos los detalles del primer hecho de sangre en La Plata, en este 2023. La víctima fue un policía retirado y con pasado como árbitro de varias ligas regionales de fútbol.
Todo sucedió en una vivienda de las calles 73 y 25, en el barrio Altos de San Lorenzo, donde asesinaron de un balazo en el pecho a Héctor Horacio Lopumo (71).
El hombre, últimamente vinculado a la actividad del referato desde un plano dirigencial, tenía el portón del garaje de su domicilio abierto, al parecer, como sucedía cada vez que se ponía a cortar el césped de la vereda, siempre de noche, o a realizar alguna otra cosa en ese sector de la vivienda familiar, donde lo acompañaba su esposa, Ana María Ruiz (71).
Eran cerca de las 22.30 del último martes cuando pasó lo peor.
Se presume que en lo que se gestó como un intento de robo, al ver que el acceso estaba libre, los criminales, que circulaban en dos motos, hicieron pie en la escena del horror.
En ese lugar, en segundos, sin materializar sus intenciones de desapoderamiento de dinero u otros efectos de valor, uno de los intrusos, que le habría dicho “vos usás armas”, abrió fuego y enseguida escapó con los cómplices con rumbo desconocido.
Malherido, por un impacto en el pecho, Lopumo ingresó al inmueble y se desplomó en un pasillo que conduce a su habitación.
Al sentir y estruendo y, luego de comprobar que su esposo había recibido un disparo, la mujer pidió ayuda como pudo, pero lamentablemente ya nada se podía hacer por Héctor.
Minutos más tarde, en medio de una creciente conmoción, un equipo del SAME constató el deceso.
A partir de ese momento, con la llegada de los familiares, vecinos y los patrulleros, la zona se convirtió en un hervidero. Hubo gritos, llantos y reclamos de justicia.
Sin embargo, de los autores del crimen nada se sabía al cierre de esta edición.
El caso es investigado por la fiscal Betina Lacki, junto a detectives del Gabinete Homicidios de la DDI La Plata y agentes de la comisaría octava. Por estas horas, al margen de que una cámara colocada en la casa de la víctima grabó la llegada de los asesinos, se busca en otros equipos del barrio más imágenes con mejor definición, con la intención de obtener pruebas de cargo.
UN PASADO EN LA BONAERENSE
Como se dijo, Héctor Horacio Lopumo tuvo un pasado vinculado a la Bonaerense, donde en el año 2006 decidió retirarse con el grado de teniente.
Su último destino, según voceros de la fuerza, fue la comisaría decimocuarta de Melchor Romero.
Casado y, padre de dos hijos, pudo a partir de su jubilación dedicarse de lleno a su otra pasión: el referato.
Nacido en Pehuajó, supo arbitrar y ser protagonista de ligas como la de Carlos Tejedor, La Pampa, Trenque Lauquen, la Liga Amateur Platense y la Liga Ensenadense.
Su estilo era de mantener los partidos “cortitos”, tarjeta en mano, según describieron los que lo conocían.
Incluso tiene un record en su historial: en un partido expulsó a 33 futbolistas.
“Jugaban Atlético Macachín y Rolón. En la primera rueda hubo grandes incidentes. Para el desquite, designaron a Lopumo. Cuando el partido estaba 1 a 0 en favor de Macachín, cobró el penal de la discordia. El que nunca se pateó”, contó por aquel entonces la revista “La Liga de los Clubes”.
La máxima pena generó una discusión y, al rato, una batalla campal, que impidió que el cotejo pudiera concluir.
En el camino de salida de la cancha, al margen de todos los que habían visto la tarjeta roja en el campo de juego, lo siguieron insultando, incluso desde una plaza cercana, y como se enteró de que algunos eran integrantes de los equipos de reserva, fue anotando sus nombres en una libreta, que posteriormente volcó en su informe oficial.
Lopumo, se indicó, era actualmente el presidente de la Asociación de Árbitros de Ensenada.
