De noche o de día; en la periferia, la zona Norte o en pleno centro. Los delincuentes no dan respiro en La Plata, ejecutando brutales asaltos en un momento en que se supone que la modalidad estrella es la de los escruches, con tantas casas y negocios vacíos por temporada. Pero no. En las últimas horas dos familias vivieron auténticas odiseas en sus propios domicilios, reducidas por asaltantes que entraron y se mostraron dispuestos a todo.
Uno de los casos ocurrió en 32 entre 142 y 142 bis, donde residen una mujer de 64 años y su madre, de 84. A eso de las 4 de mañana, tres ladrones encapuchados y con guantes ganaron los fondos de la propiedad trepándose por la medianera de la casa lindera. Las víctimas se despertaron con los intrusos amenazándolas de muerte
"Despertaron primero a mi mamá y luego la juntaron en el cuarto de mi abuela, donde además las dejaron encerradas con llave. Pero además, les pegaron cachetadas y las zamarrearon de los brazos”, contó Corina (37), hija y nieta de las víctimas.
Con las dueñas reducidas, los asaltantes se dedicaron a dar vuelta la casa en busca de dinero y cosas valiosas que llevarse.
"Rompieron marcos de vidrio, cortaron fotos con una tijera, dejaron un celular mojado en la bacha del baño y hasta mancharon sillones, cortinas y el cielorraso con mayonesa y chocolate”, detalló Corina. Incluso cortaron los cables de un teléfono de línea.
Además de las agresiones físicas, los ladrones profundizaron el terror con torturas psicológicas; "A mamá le querían cortar un dedo con un destornillador, primero, y luego con un bisturí que encontraron. Eso para robarle tanto su alianza como la de mi papá, que falleció hace un año”, relató la familiar.
La banda se llevó esos anillos, además de dinero (200 mil pesos), bijouterie, un Peugeot 2008 y hasta mercadería, como un frasco de café, una botella de gaseosa y una sidra.
Según trascendió, luego de la fuga el grupo se tiroteó con la policía en la zona de El Mercadito, pero no se registraron capturas ni heridos.
EN GONNET
Por otro lado, a plena luz del día y cuando la tarde invitaba a disfrutar de unos mates, una pareja de
jubilados vivió también su propia experiencia aterradora. Dos delincuentes irrumpieron en su vida y en su casa de 493 Bis, entre 20 y 21, en pleno corazón de Gonnet. La primera en toparse con ellos fue la mujer, cuando caminaba a la cocina y vio a un desconocido que le ordenó a los gritos:
"No me mires, no grites si la querés contar”, mientras la tomaba por la espalda y le tapaba la boca. Con rapidez, el sujeto la condujo hacia su habitación, donde la sentó en un sillón. En esa instancia se sumó un segundo ladrón. Luego salieron a la búsqueda del marido, quien se encontraba en el baño.
Al igual que su esposa, fue abordado por sorpresa y llevado hasta la habitación, donde ambos fueron inmovilizados con los cordones de sus propias zapatillas. Antes de atarlos, los delincuentes les exigieron que se despojaran de sus anillos y pulseras de oro. El robo tomó un giro aún más inquietante cuando uno de los ladrones, tras revisar la casa, sacó un teléfono de su pantalón y envió un mensaje.
A los pocos minutos, un tercer individuo apareció en escena. Este nuevo miembro del grupo se encargó del interrogatorio, exigiendo a la pareja que revelara la ubicación de los dólares que, según él, guardaban en su hogar.
Las amenazas no funcionaron simplemente porque la pareja de jubilados no tenía ahorros para entregar, algo que los delincuentes terminaron de asumir después de unos cuantos minutos. Y aflojaron con la presión. Por fin se retiraron, advirtiendo a las víctimas que permanecieran en el lugar durante al menos diez minutos.
Escaparon con joyas de oro y plata, dos collares de perlas, una notebook, un teléfono celular Samsung A10 y una suma de $30,000 pesos en efectivo.