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La Plata: estrategia defensista

El acusado de atropellar, matar y huir sigue prófugo, pero ahora el acompañante lo "desliga"

Los abogados del prófugo en la causa que investiga el trágico embiste en Melchor Romero en el que dos hombres murieron y un tercero sufrió gravísimas heridas, el 19 de mayo pasado,  jugó una carta pesada: el supuesto acompañante de la camioneta declaró que el conductor es una persona distinta a la que busca la Justicia.

Esa presentación se efectuó en la UFI Nº 17 de María Eugenia Di Lorenzo, donde tramita una causa por “encubrimiento”, que se desdobló de la del fatídico accidente, que lleva adelante Fernando Padovan.

Fuentes del caso precisaron que, en atención al delito enrostrado por el uso de un rodado mellizo, ya que la Ranger blanca no contaba con un solo número original, ni su patente, al no correr riesgos de quedar detenido, fue llevado a la sede fiscal para exponer la razón de sus dichos.

Claro que siendo imputado no tiene peso el juramento de decir verdad y “puede decir cualquier cosa”. A quien busca la Justicia es a Héctor Gonzalo Emanuel Duarte, de 26 años, sobre quien pesa una orden de captura nacional e internacional. Sus abogados son Julio Beley y Bruno Strassera.

Sin embargo, Federico Nahuel Pérez, que aseguró ser uno de los ocupantes de la camioneta que impactó a las víctimas, a quienes colocó circulando arriba de la moto y no en plena caminata como se cree, dijo que el conductor era otro: lo identificó por sus iniciales, “T. S.”.

Respecto del aporte documental, fuentes allegadas al caso aseguran que hay "testimonios inequívocos de que el conductor era Duarte”.

“Hay una secuencia que realizó Medios Tecnológicos de Procuración, que marca un comparativo entre la camioneta del hecho y la que circuló previamente Duarte y es igual, sobre todo por las salpicaduras de los zócalos y las llantas. Hay patrones comunes”, agregó.

Pérez explicó que el choque ocurrió pasadas las 22.30 en la esquina de 163 y 520, cuando ya se dirigían hacia el Bosque y la camioneta impactó contra una moto en la que iban tres personas. Pérez afirmó que, tras el choque, quedó aturdido por el airbag, pero que alcanzó a ver a las víctimas. “Estaban explotadas, estaban muertos”, aseguró.

Lo más terrible: ni él ni “T. S.” (según su versión) intentaron auxiliar a los heridos. Al contrario, huyeron del lugar, saltando alambrados, y se llevaron algunas bolsas con pertenencias que estaban dentro de la camioneta. “Nos asustamos”, repitió varias veces.

El problema para Pérez, eventualmente, es que su conducta puede quedar comprendido dentro de los peligros del proceso, ya que haberse escapado es eludir la acción judicial.

Las víctimas eran músicos muy queridos por la comunidad, que todavía llora su pérdida. En particular, la figura de Geremías Martínez, conocido como “Pupa”, se convirtió en emblema de los reclamos de justicia. Su familia, junto a la de Franco Giampieri, el otro fallecido, organizó varias movilizaciones en la esquina donde se produjo la tragedia.

“No al silencio. No a la impunidad”, fue la consigna de una de las últimas marchas, donde también se exigió la aparición de testigos que puedan aportar más datos sobre esa fatídica noche. Quien se salvó de milagro fue Esteban Acosta, quien también se sumó en silla de ruedas a esa conmovedora manifestación.

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