Walter Jonatan Medina, el ex jefe de la comisaría Cuarta preso por "hurto calamitoso", rompió el silencio ante la fiscal que lo indagó con la sospecha de que robó bienes en el domicilio de una mujer fallecida, al que habría ingresado usando las llaves de la propietaria. ¿Cómo las consiguió? Aparentemente un subalterno -que también quedó detenido- se las apropió el día en que la policía acudió al domicilio porque su dueña había muerto.
Representado por los abogados Christian Romano y Juan Pesquera, el ex comisario negó todos los cargos y explicó cómo se sucedieron los hechos. Luego de detallar cómo supo que la mujer había fallecido, y confirmar que estuvo presente en su domicilio para evaluar la escena y descartar un posible ataque de terceras personas, habló de un conflicto familiar, que lo obligó a quedarse con las llaves de la finca, a la espera de la decisión judicial. Necesitaba saber -según contó- a quién debía entregarle las llaves.
Ante la fiscal Betina Lacki, Medina aseguró que los protagonistas de esta disputa eran una hija de la fallecida y la pareja de la mujer. “Ambos se desconocieron”, aseguró el comisario. Además recordó que tuvieron que separarlos e invitarlos a que acudan a la seccional, porque, en medio de una fuerte discusión, estuvieron cerca de protagonizar un altercado físico. Dijo Medina que el hombre le mencionó que estaba en una relación con la fallecida desde hacía dos años y que a viva voz le reclamó a la hija de la mujer por su prolongada ausencia y falta de contacto.
El acusado avanzó sobre el episodio y comentó que la hija de la víctima lo tildó de “sinvergüenza", dijo que "no lo conocía y que tenía que retirarse, que no lo había visto nunca en su vida”.
“El personal tuvo que separar a las partes, ambas totalmente reticentes de la presencia del otro. Él quería que se vaya ella y ella que se vaya él”, manifestó Medina.
Sin lesiones en el cuerpo de la víctima, ni daños en la estructura del inmueble, todo hacía indicar que se había tratado de una muerte por causas naturales, pero como el problema de la llave seguía abierto, su dependiente, que cumplía el rol de oficial de servicio, identificado en las actuaciones como Marcelo Albarracín, se la quedó a la espera de que la fiscal determine quién tenía legitimidad para tenerla consigo. Medina, después de enumerar algunos de los objetos de valor que había visto en la propiedad, declaró que “juntamos las cosas, porque me preocupaba que ante el conflicto suscitado, pudiera faltar algo”.
Así justificó el hecho de que una huella dactilar suya apareciera en la caja de un perfume de la mujer fallecida, elemento que se tomó como prueba para ordenar la detención. Asimismo manifestó que, como la pareja de la mujer le había contado que tenían una finca en común en la localidad de Etcheverry, se desplazó al lugar para tratar de cotejar su veracidad. Y que fue por eso que lo vieron los vecinos, aunque en ningún momento ingresó a la construcción.
Aseguró el comisario que la discusión entre el hombre y la hija de la fallecida siguió en la dependencia, que los tuvieron que poner en oficinas separadas, y que fue esta última quien al día siguiente apareció con un oficio judicial, en el que, dado el vínculo de parentesco, le otorgaba la tenencia de la llave. A todo esto, una alta fuente de la investigación no le dio demasiada trascendencia a la narración de Medina, la que fue tomada como un desesperado intento por mejorar su situación procesal.
“Usaron la llave de la puerta de entrada para colarse en la casa de la víctima y levantar distintos objetos. Hasta un auto”, enfatizaron.
A su turno, Marcelo Albarracín (39), con la asistencia de un defensor oficial, también aceptó declarar en su indagatoria y, como dato relevante, negó en forma rotunda haber estado en la casa de la mujer fallecida. Así contó que todo el procedimiento se hizo sin que haya pisado el lugar. “Ni antes, ni después”, aseguró. El resto de su argumentación fue similar al descargo del comisario. Habló acerca de la pelea familiar y de cómo se gestionó la entrega de la llave.