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La Plata

Muerte de Valentino: la autopsia confirmó el brutal ataque los perros y la causa cambió de fuero

La autopsia realizada al cuerpo de Valentino, de 2 años, confirmó lo que se sospechaba:  fue arrastrado unos 100 metros por varios perros y  sufrió mordeduras en casi toda la superficie corporal. Un rato antes, el niño estaba junto a su abuela y dos hermanos adolescentes en un alejado paraje rural situado en el límite entre El Peligro y Arturo Seguí, hasta que se alejó de sus familiares sin que ellos se dieran cuenta y terminó muerto dentro de una plantación de berenjenas.

El informe forense es terrible por cuanto marcó la fiereza del ataque presuntamente cometido por al menos tres pitbulls de una pareja vecina, que los usaban para proteger sus plantíos y cosechas, sobre todo de la presencia de otros animales.

Lamentablemente el que pasó por el lugar, en el momento menos indicado, fue el pequeño, que no sobrevivió a semejante embiste. La autopsia reveló equimosis, hematomas y varias heridas cortantes. Hasta marcó la amputación parcial de ambos pabellones auriculares.

Por eso, para los profesionales que practicaron el estudio científico, el deceso del pequeño se debió a un severo “traumatismo encéfalocraneano y shock hipovolémico, ad referéndum de pericias”. También, al describir el estado general del cuerpo, no marcaron lesiones que permitieran conjeturar otra hipótesis, quedando en principio certificada la pista sobre la que trabajó el fiscal penal en turno de La Plata, Juan Cruz Condomí Alcorta.

Por eso, entendiendo que no medió dolo en el fallecimiento del nene de dos años y, sí alguna conducta negligente o imprudente, decidió excusarse de seguir interviniendo en el asunto y pasó el expediente a la UFI de Delitos Culposos en turno, que es la Nº 12, a cargo de Fernando Padovan.

Fuentes consultadas por HyD mencionaron que por estas horas se harán nuevos relevamientos en el sector de los trágicos acontecimientos y se requerirán varias declaraciones testimoniales. A esa tarea estarán afectados varios agentes de la seccional de Abasto, al margen de los pedidos expresos del fiscal hacia otros organismos o divisiones policiales. Ya descartaron la existencia de cámaras en aquel terreno situado a la altura de las calles 431 y 182.

Cuando desapareció, el nene de 2 años vestía un pantalón de color blanco y un buzo rojo. Esas resultaron las indicaciones de búsqueda, que arrancó aproximadamente a las seis de la tarde del domingo pasado, cuando los padres regresaron de realizar una carga de verduras en un camión y se enteraron de su ausencia.

De los rastrillajes, al arribo de los primeros efectivos, participaron unas treinta personas, entre familiares y vecinos, convocados mediante alertas de whatsapp. La desesperación era evidente. Al nene lo habían visto pasar junto a su perro Rottweiler.

Dicen que nunca lo dejaba solo, pero tal vez ante la cercanía del trío de Pitbulls y, un posible enfrentamiento, se produjo una brecha, que ya no se pudo cerrar. Que en función de ese dato, a la luz de celulares y algunas pocas linternas, continuaron con un barrido del terreno hasta que apareció un serpenteante camino detrás de unos invernáculos, donde no pasó desapercibido un pañal con manchas hemáticas.

A pocos metros, primero descubrieron dos botas y después la imagen que nunca habrían deseado presenciar.

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