Momentos de terror vivió un jubilado de 77 años luego de que al menos un delincuente irrumpió en su casa de 13 entre 35 y 36, mientras él dormía. El sigilo con el que actuó el ladrón, tanto fuera como dentro del inmueble, le permitió avanzar sin mayores inconvenientes hasta la habitación de la víctima, quien recién supo lo que estaba pasando cuando el peso de una cobija sobre su cara lo sacó de un sueño profundo.
Al despertar sobresaltado, con la visión obstruida y con dificultades para respirar, Ángel recibió un golpe en la cabeza y una clara advertencia: “‘Te quedás en el molde o sos boleta", escuchó. Eran cerca de las 6 de la mañana del lunes y se cree que el intruso ingresó en la casa del jubilado por una propiedad lindante, luego de saltar un muro de no más de metro y medio de altura.
Pese a que en ningún momento pudo confirmar si el ladrón tenía un arma, el jubilado optó por no ofrecer resistencia y fue así que deslizó dónde se hallaba un monto de dinero en pesos que había sacado del cajero hacía tan sólo unos días para compras chicas.
El asaltante pudo dar con el dinero, pero fundado en la idea de que el jubilado “le estaba escondiendo información”, inició un feroz interrogatorio, que incluyó torturas físicas y psicológicas.
“Me pegó tanto que me bajó tres dientes. No entiendo por qué tanta saña. Siempre me mostré con la intención de colaborar. Se ve que por la frazada no me entendía lo que le decía y me pegaba”, reveló Ángel.
Para “apurar el trámite”, mientras interrogaba a su víctima el delincuente comenzó a revisar las pertenencias de la habitación. Y, como no encontró nada, obligó al jubilado a trasladarse a otro sector de la vivienda en donde continuó con el registro, siempre con la frazada tapándole la cara para evitar que pudiera verlo.
Fue así como el ladrón pudo alzarse con 2 mil dólares, 30 mil pesos y otros enseres. Recién entonces se fue. Una cámara de seguridad externa mostró sus movimientos en el patio de la casa y en los techos vecinos.
Aunque Ángel no llegó a ver al ladrón porque éste se ocupó de mantenerlo con el rostro cubierto, pudo aportar algunas características que ayudarían a brindar una aproximación sobre la identidad del sospechoso.
La víctima calcula que el agresor tendría entre 40 y 50 años, dijo que tiene una voz ronca, como de “persona fumadora”, y un físico robusto. Los investigadores procuran ahora recopilar imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la zona y el testimonio que puedan aportar testigos con el objetivo de identificar al o los responsables, ya que se presume que el ladrón pudo contar con apoyo externo.