Una vivienda de City Bell fue blanco de un robo de envergadura. Lo que se está intentando ahora determinar es si los ladrones sabían lo que iban a buscar o se encontraron con el botín de manera totalmente aleatoria.
Pasó en 461b entre 12a y 12b, donde en una ventana de tiempo de dos horas, entre las 11.30 y las 13.30, ingresó una banda de delincuentes.
Se habla en plural, porque se necesita mano de obra para sacar 3.000 municiones calibre 7,65 (que no se consiguen muy fácil); un fusil, dos carabinas y dos réplicas de armas largas. Además de una PlayStation 4 con dos joysticks y un par de bastones de marcha nórdica.
La información surgió de fuentes oficiales y refirió que en la propiedad se encontraron forzados los accesos. Un candado que aseguraba el portón delantero y una puerta trasera.
Reconstruyendo los movimientos del grupo delictivo, al menos desde el plano conjetural, rompieron la traba del portón que da a la calle 461b, caminaron hacia el fondo de la finca y violentaron una abertura para poder acceder al interior del inmueble.
Una vez con la escena bajo su total control, empezaron a hurgar en los distintos ambientes, que quedaron completamente desordenados.
Como se dijo, está planteado el interrogante de si los intrusos sabían que en ese lugar iban a encontrar lo que se terminaron llevando.
Según expresó un especialista, la caja de municiones calibre 7,65 trae 20 unidades y tiene un costo en el mercado de 70 mil pesos. Por eso, con una regla de tres simple, se puede llegar a establecer el valor de los proyectiles sustraídos. La cuenta da 10,5 millones redondos. Eso sin contar los demás elementos que sacaron los autores del audaz ataque.
Sin dudas, mostraron audacia y efectividad, porque eligieron dar el golpe a plena luz del día y a la vista de potenciales testigos.
Saber si pudieron quedaron filmados en alguna cámara de seguridad es ahora tarea de los pesquisas.
“El barrio se está relevando por completo en busca de información”, adelantó un informante.
En el domicilio, se indicó, no había equipos de registro de imágenes, por lo que todo quedará supeditado a lo que pudieron haber captado los sistemas públicos o privados, que funcionan en el sector. En la causa tomó intervención persona de la comisaría décima y la UFI de Autores Ignorados de nuestra ciudad.
OTRO CASO
Como viene publicando este diario en sucesivas ediciones, el delito en la Zona Norte del partido está que arde. Y ya no es ninguna novedad la seguidilla de robos que, por ejemplo, se registra en City Bell, aunque sí existe una enorme preocupación por el fenómeno, que no afloja.
El pasado 4 de septiembre, otra familia salió de su vivienda a las 18.30 y regresó cinco horas más tarde.
Fue en 13a entre 474 y 476, donde encontraron todo patas para arriba.
Ya al notar que la luz de la una de las habitaciones del segundo piso estaba encendida, una de las víctimas sospechó que algo raro había pasado. Y no se equivocó.
Acto seguido, después de avanzar sobre el acceso a la propiedad, notó que estaba forzada. Adentro el panorama era desolador.
No debe existir un momento de mayor impacto emocional que ver cómo desconocidos estuvieron metiendo mano en tus pertenencias.
Entre los faltantes enumeraron dos televisores de 49 pulgadas, una aspiradora robot, prendas de vestir, tres relojes pulsera de marca, alhajas varias, un celular, dos notebooks y dinero en efectivo, en una cantidad aproximada de 1.600.000 pesos.
En la finca tampoco había cámaras de seguridad, por lo que habrá que determinar si surgen datos del perímetro.
En ese sentido, trascendió que una vivienda situada en la mano de enfrente sí hay un equipo de filmación y, gracias al mismo, se comprobó que a las 22.30 pasó un Peugeot 307 gris, cuyo ocupante tocó timbre.
Como nadie contestó, al rato volvió a pasar, pero ya se bajaron tres hombres, quienes finalmente treparon por el portón en entrada.
El resto, es historia conocida.