El jurado popular que intervino en el juicio por el ataque a Laura Moyano, en 2015, concluyó que no hubo un intento de travesticidio. Fue con el voto de 11 de sus miembros, que se inclinó por la figura de las “lesiones graves”, con una significancia imputativa mucho menor a la esperada. Incluso el acusado, Agustín Bermúdez ya purgó prisión durante más de tres años, por lo que el escenario a futuro parece abierto e incierto.
El delito tiene una pena en expectativa de entre 1 y 6 años de cárcel, por lo que ahora se deberá aguardar la presentación de pruebas -el lunes 21 de abril- y, con la audiencia de cesura, conocer qué fundamentos utiliza el fiscal Jorge Paolini a la hora de definir la conducta desplegada por el imputado y su defensa. Después será el turno del juez Claudio Bernard, quien presidió el debate e impartió las instrucciones a los integrantes del tribunal popular, quien dictará sentencia. Ese fallo solo es recurrible por Bermúdez.
Como se sabe, la tarde en que ocurrió el hecho, un 23 de diciembre, la víctima había salido de su trabajo en Las Mirabal, una ONG que dependía de la Municipalidad de La Plata y que acompañaba a víctimas de violencia de género, cargada de objetos: era fin de año y le habían encargado regalos para las fiestas, cosméticos y perfumes. Según trascendió, era un trayecto relativamente breve, hasta la casa de una amiga que estaba de vacaciones.
En la calle se cruzó con el acusado, a quien conocía por frecuentar boliches de la comunidad LGBTI. Al parecer, luego de un encuentro íntimo, él se retiró de la vivienda, pero al rato regresó en compañía de otro sujeto, bajo una artimaña. Según recordó Laura, la golpearon con un termo en la cabeza, la tiraron al piso, la apuñalaron y escuchó una frase imposible de olvidar: “Matá al puto de mierda este”.
Si bien ambos se marcharon, Moyano apareció en una comisaría para denunciar un intento de robo. Igual, cuando ella recuperó la conciencia, pudo declarar lo sucedido y, después de una larga espera, se atravesó por este juicio popular, que acaba de dictaminar la culpabilidad de Bermúdez, aunque por lesiones graves. Llegaron a esta conclusión por un perito que dijo que “no corrió riesgo de vida”. La víctima igual estuvo un mes internada y se salvó de milagro.
Lamentablemente para la postura acusatoria, la figura de la tentativa de travesticidio, bajo el agravante del odio de género, no prosperó. Tampoco otros cargos subsidiarios.
“Tienen naturalizado tener a las travestis y chicas trans en el banquillo de las acusadas y, para condenarlas, no exigen estos estándares probatorios. Si Laura no está muerta, es por la propia fuerza que ella tiene y por los avatares de la vida”, opinó la abogada Aramis Lascano.