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La declaración de Verónica Ojeda en el juicio por la muerte del Diez

"Maradona estaba hinchado y en su pieza había olor a caca y pis"

Verónica Ojeda, ex pareja de Diego Maradona y madre de su hijo Dieguito Fernando, declaró ayer durante casi tres horas en el juicio que ventila las causas que desencadenaron su muerte y afirmó que se sintió “usada” por la psiquiatra Agustina Cosachov.

 “Lo vi a Maradona dos días antes de su muerte", recordó en la audiencia, "estaba todo hinchado y en su pieza había olor a caca y pis”.

La mujer señaló que conoce a tres de los acusados por el presunto “homicidio simple con dolo eventual” del “Diez”: el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz. En este sentido, criticó a Luque por haberse tomado una foto “cholula” con el paciente tras la operación del hematoma subdural, mientras que acusó a Cosachov de haberla “usado” y dijo que Díaz usaba un vocabulario que no correspondía para referirse al alcohol.

“Él llegaba y decía que Diego no tenía que tomar chupi, no usaba la palabra alcohol. De esa forma se dirigía a la familia”. Ojeda recalcó que Luque “mintió” sobre la cirugía porque “se enteraron que otros médicos la realizaron”: “Nos dijo que fue un éxito, pero nos mintió. Es una vergüenza”. Con respecto a la casa de Tigre, describió que estaba sucia y “no se encontraba en condiciones para una internación domiciliaria” dado que “había olor a pis y caca” en la habitación de Maradona”. 

“Me dio vergüenza el inodoro portátil”, recordó, a la vez que señaló: “El 23 de noviembre de 2020 lo vi a Diego por última y tenía feo olor. Le dije que se bañe y se afeite, porque su hijo quería verlo”.

“Se usó un playroom para armar la pieza, aunque le cerraron las ventanas con placas. La casa era de dos pisos con planta alta y otra baja. Abajo había un baño que apenas entrabas porque era re chiquito. No estaba apta para una internación”, recordó la madre de Dieguito Fernando, el último hijo del ex entrenador.

Además, manifestó que el custodio Julio César Coria, que recuperó la libertad tras estar detenido por falso testimonio, “no le soltaba la mano” y “tampoco lo dejaba solo”: “Me decía que tenía órdenes de acompañar a Diego en todo momento. Eso me llamó la atención”. El primer día en la casa del barrio cerrado San Andrés, en Tigre, lo vio “bien”, confirmó la testigo, pero “a la semana ya lo observé mal” dado que “no quería salir del dormitorio, no quería ver a nadie”.

“A nuestro hijo era al único que no echaba. Dieguito corría y se le tiraba encima”. Sobre el niño de 13 años y entre lágrimas, describió que cuando el fiscal Patricio Ferrari mostró la foto del cuerpo de la víctima, su hijo la “vio” y añadió: “Él sabe que estoy acá por el bien de su papá y para que se haga justicia”.

Los jueces declararon entonces un cuarto intermedio de unos minutos para que Ojeda se recupere, porque lloraba desconsoladamente. Una vez que se repuso, se reanudó la audiencia.

“Cuando lo vi la última vez, tenía las manos hinchadas”, resaltó la pareja del asesor Mario Baudry. Con respecto al día de la muerte, contó que el periodista y conductor Jorge Rial la llamó y le pidió que vaya a Tigre: “En el camino me anoticié por la radio lo del deceso. Cuando llegué estaban las hijas, las hermanas, los fiscales y los policías”.

“Después, se comunicaron de Presidencia para que lo despidan en Casa de Gobierno y lo aceptamos”, agregó. Acerca del entorno, consideró que Maximiliano Pomargo le “mintió” porque le aseguró que era secretario del “Pelusa” y ahora es uno de los dueños de la marca Sattvica. Al volver a referirse a Luque, expresó que el neurocirujano se “emborrachó” junto a Maradona: “Abrías la heladera y estaba llena de vinos y Coronas. No había Coca Cola”.

“Morla lo trajo a Luque, me dijo que era amigo y médico de confianza de Diego”, destacó.

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