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Un lujito

Romero: preso por homicidio, salió por buena conducta, arrancó a vender droga y raptó a una mujer

Policías de Melchor Romero realizaron en las últimas horas un importante operativo para rescatar a una mujer que estaba cautiva en la zona. La hallaron en una vivienda precaria ubicada en 528 entre 155 y 156, donde  también detuvieron a un cómplice del principal implicado, por quien ya se lanzaron varias diligencias para efectivizar su captura, confirmaron fuentes oficiales.

El caso saltó a la luz el pasado 7 de junio, cuando un hombre de 74 años denunció que la mujer de 36 con la que mantenía una relación amorosa había sido privada de su libertad junto a sus dos hijos. En la presentación identificó al presunto responsable, quien tendría como medio de vida “la venta de estupefacientes” en la zona oeste de la Ciudad.

El denunciante mencionó también que días antes había sufrido un robo y, que tenía sus cuentas bancarias en cero, por lo que decidió acudir a la sede de la DDI ante la sospecha de que ambos episodios estaban vinculados. Él supo lo que estaba pasando cuando la víctima le pidió ayuda a través de un mensaje que le envió por el chat de la red social Facebook. Según le dijo, hacía 15 días que estaba raptada desde hacía 15 días junto a sus dos hijos de 8 y 9 años.

Le apuntó a un `tranza` de la calle 528 entre 155 y 156, quien no la dejaba salir y la tenía encerrada con los chicos. Tras una intensa investigación por parte del Grupo Técnico Operativo (GTO) de la comisaría Decimocuarta, se pudo establecer que el sujeto se dedicaba a la venta de drogas al menudeo en viviendas precarias, que iba intercalando para complicar su identificación.

Con la evidencia reunida, se requirieron siete órdenes de registro domiciliarias y secuestro. Así las cosas, el miércoles a la noche, con apoyo de agentes de Infantería y Grupo GAD, las tareas de campo arrojaron resultados positivos, tanto que se procedió a la incautación de armas de fuego y de sustancias prohibidas.

En el operativo, como se dijo, capturaron a un partícipe de la banda e incautaron un revólver calibre 22 largo y 17 proyectiles mismo calibre; un revólver calibre 22 corto; una pistola calibre 9 mm con cargador y dos proyectiles; 63 envoltorios de clorhidrato de cocaína por 100 gramos; un envoltorio de nylon conteniendo otros 75 gramos de cocaína; 595 gramos de marihuana repartidos en 48 envoltorios y cuatro teléfonos celulares.

La causa quedó caratulada como “privación ilegítima de la libertad, tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil, tenencia de arma de guerra y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, con intervención de la UFI 11, a cargo del doctor Álvaro Garganta.

Se supo que cuando los oficiales llegaron al aguantadero, en una zona marginal de La Plata, escucharon una voz temblorosa que suplicaba: “Ayuda por favor, me tienen secuestrada”.

Fue por eso que, de inmediato, tras ubicar un testigo de actuación, procedieron a romper las cadenas que sujetaban las chapas para liberar a las víctimas, quienes se encontraban sin heridas, pero en estado de shock, se informó.

Con respecto al responsable del rapto, trascendió que purgó una condena de “nueve años de prisión, accesorias legales y costas, por resultar autor penalmente responsable del delito de homicidio simple”. Con el cómputo de pena, accedió a un régimen de salidas transitorias desde el Penal de Sierra Chica, ya que en los informes criminológicos del Servicio Penitenciario se destacó que mantenía una “conducta ejemplar 10 y buen concepto general”.

Incluso se dio curso a sus manifestaciones, cuando mencionó que, en el hipotético caso de acceder a una externación, contaba con serias posibilidades de trabajar en el ámbito de la construcción o junto a su padre en la Municipalidad. Hasta resaltaron que adoptó una postura responsable, hablando de su pasado con culpa y arrepentimiento.

“Es un sujeto que dentro de sus recursos simbólicos accede a una revisión subjetiva, crítica, culposa y responsable. Se compromete con los programas autofestivos, no evaluándose rasgos de agresividad o impulsividad a la hora de la entrevista”, apuntaron en el informe psicológico. Sin embargo, era todo unacting, ya que apenas accedió al beneficio, edificó una vida plagada de costumbres antijurídicas, que lo llevaron a vincularse con la venta de drogas y a mantener a una mujer privada de su libertad.

Las circunstancias en las que ocurrió este último delito son ahora motivo de análisis. Por lo pronto la damnificada no expresó haber sido forzada sexualmente.

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