Lisandro Olmos volvió a convertirse en epicentro de un violento golpe delictivo. En esta oportunidad, las víctimas resultaron ser un matrimonio de jubilados de 82 y 84 años, que reside en la, hasta ayer, tranquila zona de 200 entre 43 y 44.
Aproximadamente a las 5, la rutina fue interrumpida por ruidos que anunciaban algo muy poco usual. Los jubilados, que se encontraban durmiendo en su habitación, escucharon el primer golpe en la puerta principal. Inquieta, la dueña de casa se levantó y se asomó por la ventana del living, preguntando quién era, sin obtener respuesta.
El desconcierto creció cuando, al mirar por la ventana de la habitación contigua, se percató de la presencia de dos hombres, cuyos rostros estaban ocultos por pasamontañas.
Sin poder reaccionar, los dos hombres comenzaron a golpear la puerta con más fuerza, hasta que finalmente cedió. La escena que avanzó fue un despliegue de violencia y miedo que incluyó armas y severas amenazas. Lo que siguió fue un asalto que dejó a los jubilados con el alma en vilo.
Con un marcado acento de violencia, los delincuentes registraron cada rincón de la casa, llevándose todo lo que pudieron encontrar. Luego llegó el momento del careo. “Dame la plata o te mato” expuso el ladrón que hacía las veces de líder. Aunque la propietaria del inmueble les aseguró que no tenía más dinero que el que contenía su billetera, los ladrones no cesaron en su búsqueda.
Revolvieron la vivienda durante más de 20 minutos, hasta que finalmente se retiraron con un botín que consistió en aproximadamente 250.000 pesos en efectivo, un televisor LED de 42 pulgadas y dos teléfonos celulares.
Para los investigadores, el robo, que se perfila como un asalto al voleo, no sería un hecho aislado. En las últimas semanas, la zona oeste de la ciudad ha sido escenario de varios robos similares.
Según fuentes policiales, este tipo de delitos están aumentando en frecuencia, lo que ha encendido las alarmas en los vecinos y las autoridades. Aunque en principio todo apunta a un robo oportunista, no se descarta la posibilidad de que los responsables pertenezcan a una banda especializada en este tipo de atracos.
El modus operandi de los delincuentes -jóvenes con pasamontañas, armas de fuego y violencia a toda hora- es similar al de otros casos ocurridos recientemente en barrios cercanos, lo que lleva a los investigadores a mantener abiertas todas las hipótesis.
Esta familia, retirada desde hace varios años de la actividad laboral, habían encontrado en su hogar un remanso de paz en donde hasta ayer imperaba la tranquilidad y la seguridad.
Sin embargo, ahora se enfrentan la difícil tarea de sobreponerse al shock emocional que les causó este violento robo. Afortunadamente, pese a la angustia, no resultaron físicamente heridos, aunque la sensación de inseguridad los acompaña desde entonces.
