En un contexto de inseguridad creciente, los adultos mayores se han vuelto un blanco reiterado en la región conformada por La Plata, Berisso y Ensenada. Fue en una de estas ciudades donde una mujer de 82 años, con dificultades para caminar por una reciente intervención quirúrgica, fue víctima de un feroz asalto en su propia casa, que terminó con una reacción inesperada: se defendió con sus propias manos ante la brutalidad del agresor que, cobardemente, la golpeó con fuerza y le robó sus ahorros.
De acuerdo a lo informado por fuentes policiales, el dramático hecho ocurrió alrededor de las 2 de la madrugada del último lunes en una casa ubicada sobre la calle 124 Norte entre 22 y 23, en el barrio de Villa Progreso, donde María Edith Vildozo se encontraba cosiendo una almohada. En esas circunstancias, fue sorprendida por un delincuente que logró forzar una puerta.
Primero advirtió que su perra ladraba de manera insistente. Al acercarse a la puerta de ingreso, percibió movimientos sospechosos e intuyó que alguien intentaba entrar. Por precaución, tomó un serrucho que tenía a mano, pero al considerarlo poco práctico, decidió dejarlo a un costado.
Minutos después, la peor sospecha se confirmó: un hombre logró colarse por un sector de la cocina que da a un pasillo interno. No era un desconocido. Apenas lo vio, según reveló la jubilada ante las autoridades policiales, reconoció al implicado y no dudó en enfrentarlo. “Al verlo lo encaré, pero él me empujó con fuerza y me tiró al suelo. Caí al lado de la cama y no podía levantarme. Entonces empezó a pegarme sin piedad”, relató la damnificada en su cruda declaración.
Lo que el delincuente no esperaba era la reacción de la mujer. A pesar de sus limitaciones físicas, la vecina de Berisso buscó esconderse y, en un desesperado intento por defenderse, se aferró a la zona más sensible del agresor.
“Le apreté sus testículos con todas mis fuerzas. Lo hice dos veces. Pensé que así iba a dejar de pegarme”, explicó la mujer. Sin embargo, temiendo represalias más violentas, optó por desistir, aunque apuró la fuga del ladrón. Antes de retirarse, el implicado se tomó su tiempo para buscar las llaves y recorrer la vivienda. Finalmente, se llevó dos carteras: una donde la víctima guardaba sus ahorros, y otra que contenía documentación y estudios médicos.
El calvario no terminó allí. Recién a las 9:30 del lunes, la cuidadora que asiste a la jubilada, llegó a la casa y encontró a la mujer visiblemente golpeada y dolorida. De inmediato, la trasladó al Hospital de Berisso, donde permaneció internada durante siete horas, recibiendo asistencia médica y realizándose diversos estudios.
Pese a la brutalidad del ataque, la mujer no dudó en denunciar el calvario que vivió. Según dijo, el ladrón tiene antecedentes por robo y “es conocido en la zona”.