La de los escruches parecer la modalidad más recurrente en La Plata, que golpea en viviendas y comercios de todos los barrios. Y ya no es un fenómeno puramente estacional, como lo era hasta hace poco: las bandas especializadas en este tipo de delitos no esperan a los fines de semana largos o períodos de vacaciones. Actúan en lapsos de tiempo relativamente cortos: cuando los dueños salen a trabajar, a disfrutar de una salida o para realizar un trámite.
En Gorina, desvalijaron una casa mientras su dueña trabajaba. Pasó el último lunes en 483 entre 142 y 145. Los primeros en notar que algo no andaba bien fueron familiares de la víctima, quienes al pasar por el frente de la propiedad advirtieron que las puertas estaban abiertas de par en par.
Alertada por la situación, la dueña de casa acudió rápidamente al lugar y se topó con un panorama desolador: su hogar había sido arrasado. Cajones abiertos en la cocina, ropa revuelta en su habitación y la dolorosa confirmación de que un sector de su habitación que hasta ayer consideraba el lugar mas seguro de la propiedad, había sido profanado por manos extrañas que, sin escrúpulos, tomaron todo cuanto pudieron.
En ese escondite se encontraba un pequeño cofre, que fue forzado con un elemento contundente. Los delincuentes se llevaron joyas de oro y plata, además de 400 mil pesos y 300 dólares. Pero el botín no se limitó al contenido de la caja fuerte. También desaparecieron dos televisores, una bicicleta playera y un conjunto completo de ropa de cama, incluyendo sábanas, acolchados y hasta las almohadas.
El saqueo, creen los investigadores, habría sido un golpe al voleo, aunque con cierto grado de planificación. Todo indica que los ladrones contaron con un vehículo para transportar el cuantioso botín. La única certeza que tiene la víctima es que los ladrones se retiraron con prisa, pues dejaron atrás un ventilador y un anafe eléctrico, elementos que, por su volumen, podrían haber complicado su traslado.
SÓLO LAS HABITACIONES
Otro vecino de La Plata vivió un suceso parecido en su vivienda de 487 entre 15 bis y 16. En su caso, la ventana de tiempo en la que actuaron los ladrones fue mucho mayor, ya que salió de la propiedad a las 14.00 horas del viernes y no regresó hasta el domingo a las 19:30. Cuando lo hizo no sospechó nada, porque todo parecía en orden. De hecho, se sentó a mirar televisión.
Una hora después, al subir al segundo piso, descubrió que las habitaciones estaban revueltas y una de las ventanas había sido forzada. Los delincuentes se llevaron un revólver de doble acción, una
caja de municiones del mismo calibre, varios cuchillos, perfumes, documentación y tarjetas. El propietario contaba con cámaras de seguridad, pero desafortunadamente no estaban operativas en el momento del hecho, debido a un corte de luz.
CITY BELL
En 132 entre 473 y 474, intrusos violentaron un portón y se colaron en una propiedad el domingo pasado, aprovechando que los dueños no estaban. Sustrajeron una bici, una bomba de agua, dos notebooks Apple, una cámara de fotos, una tablet, una PlayStation 4 y un monopatín
eléctrico.
Uno de los datos que más indignación generó en la damnificada -y en los vecinos-, fue que la finca contaba con sistema de alarma. Y si bien la sirena sonó con fuerza en el barrio, la compañía no se comunicó con la propietaria para advertirle de la intrusión.
CUATRO ROBOS EN UN MES
En Tolosa, por caso, una verdulería sumó cuatro escruches en apenas un mes. Se trata del local que funciona en 520 entre 2 bis y 3, donde los ladrones ingresaron reventando una persiana y escaparon con distintos elementos de valor.
“En Tolosa, a las seis de la tarde, ya no anda nadie en la calle. La gente tiene mucho miedo. Así no se puede vivir”, se quejaron los vecinos
UNA CUADRA EN LA MIRA
En 484 entre 26 y 27, ocurrieron dos hechos en menos de una semana. Primero "trataron de meterse a una casa de la cuadra”. Este lunes, en tanto, "a otro vecino le arrancaron la reja y se metieron tres personas”, detallaron otros frentistas.
Los maleantes cortaron los extremos de la reja y la levantaron para ingresar a la propiedad. “La policía vino después de dos llamados, solo le tomaron los datos (a la víctima) y se fueron. Quedamos con más miedo”, aseguran.
