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Agarraron el pico y la pala, pero para engañar a una mujer de 85 años y robarle todos sus ahorros

Una banda de falsos operarios engañó a una mujer de 85 años, haciéndole creer que debían hacer unos arreglos en la vereda de Avenida 53 entre 29 y 30, a pocos metros del Hospital Italiano, para meterse en su casa y robarle una importante suma.

Sucedió alrededor de las 10.30 de la mañana del jueves en esa zona de fuerte circulación peatonal y vehicular y actuaron al menos entre cuatro y cinco sujetos vestidos con mameluco de color gris y franjas reflectivas. De acuerdo al relato que hizo la víctima ante las autoridades policiales, los falsos operarios también portaban un casco amarillo en la cabeza y varias herramientas que a simple vista, “eran para trabajar”.

“Estamos acá para realizar tareas y arreglos en la vereda”, le dijo uno de los supuestos obreros a una jubilada que, ante los ruidos que se escucharon desde el exterior de su domicilio, salió a ver que ocurría. “Vamos a hacer arreglos en la parte de su casa y en la de su vecino”, agregó el implicado. La jubilada, lejos de sospechar algo raro, le creyó.

Tras la breve charla que mantuvo con el supuesto obrero, la jubilada, de nombre Isabel, volvió a ingresar a su vivienda para continuar con su habitual rutina. Pasaron apenas unos minutos antes de que el supuesto obrero volviera a interactuar con la mujer, solo que entonces le tocó timbre. ¿“Me puede dar agua para la mezcla”?, le preguntó.

Fue en ese momento que Isabel volvió a salir de su casa y, con total amabilidad, le ofreció pasar con un balde. En segundos, el ladrón llenó el depósito con el suministro que había pedido y se retiró, con la certeza de que la mujer estaba sola.  Dejó pasar otros cinco minutos para que, junto a sus cómplices, lleven adelante el objetivo que era desvalijar a la propietaria. “Me puede dar otra vez agua, por favor”, se escuchó decir de nuevo desde la puerta de Isabel.

“QUIETA PORQUE TE MATO”
Sin imaginar lo que vendría luego, la jubilada volvió a abrir su puerta. Esta vez todo fue diferente. El ladrón repitió la jugada: ingresó con un balde, sonrió y agradeció el gesto, pero mientras lo llenaba de agua, sus tres cómplices irrumpieron también en la vivienda.

“Quedate quieta porque te mato, no te muevas”, le gritó  la víctima uno de los delincuentes, mientras le sujetaba los brazos. Zamarreándola, le  tapó la boca a Isabel y le ordenó varias veces "no te muevas”. En ese instante  otro cómplice cerró la puerta de la casa y, con la víctima inmovilizada, procedieron a revisar cada rincón.

Uno en la cocina, otro en el living, y los otros dos en una de las habitaciones. Los implicados se repartieron y dieron “vuelta la casa”. Según informaron desde la pesquisa, solo bastó unos minutos para que los falsos operarios tomaran un fuerte botín, entre dinero y elementos de valor.

“Contá hasta 15, pero no te levantes”, fue el último grito que escuchó Isabel antes de que los delincuentes abandonaran su domicilio. Minutos después, entre el miedo  y el shock, llamó al 911.  Agentes policiales y el hijo de la mujer llegaron un rato más tarde. Por fortuna, no requirió asistencia médica.

Fuentes oficiales confirmaron que los asaltantes se apoderaron de 4.000 dólares; 300 mil pesos, una caladora eléctrica, una lijadora, herramientas varias y una valija repleta de diferentes elementos sustraídos, además de las llaves de la propiedad. Eso obligó a Isabel a cambiar la cerradura y sumar un nuevo gasto.

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