Desesperado, paralizado y de rodillas. Así se encuentra un vecino de la Ciudad, que en la década del ´90 supo destacarse por su participación como segunda línea en un club de rugby. Hoy funcionario de un organismo del ámbito federal, decidió salir a contar su historia.
Acostumbrado a los golpes, por la esencia de ese deporte, en la actualidad vive una realidad que lo desborda. “No aguanto más”, describió. Es que quedó atrapado en la maraña de la Justicia, ante una serie de denuncias que lo alejaron de sus hijos. Ahora más que nunca, porque la ex los habría sacado del país de manera ilegal.
Allá por el 2012, H. K. conoció a una joven mujer en el noreste de Brasil. Todo era color de rosas. Dos años después, ya arraigados en La Plata, decidieron casarse y de dicha unión nacieron dos hijos.
M. K. M. tiene 7 años y P. K. M, 9. No se publican los nombres de los protagonistas de este caso, por la situación que se ventila en el expediente.
La relación, muy propio de estas épocas complejas, se tornó turbulenta, llegando a una separación definitiva en el año 2022 y obteniendo el divorcio en 2023. A partir de ese momento, lejos de una convivencia pacífica, por los niños en común, empezó una pesadilla.
La conflictiva separación llevó a la apertura de causas de violencia familiar en un juzgado del fuero de Familia local, entiende H. K., con el único y claro objetivo de obtener, por parte de la progenitora de los niños, el visto bueno para radicarse con ellos en su país de origen.
Pese a los propios avatares de tribunales, en mayo de 2023 se otorgó provisoriamente un régimen de comunicación alternado. Era una semana de cada padre junto a los chicos. Al momento de establecerse ese régimen, explicó H. K, la madre de los niños procedió a formalizar denuncias por abuso sexual. Contra ella y hasta contra los menores.
LA MAQUINARIA JUDICIAL
Con semejante denuncia, a mediados de septiembre de 2023 el juzgado interventor prohibió de manera provisoria que el papá tenga contacto con sus hijos. Los demás derechos se mantuvieron vigentes.
H. K. relató que siempre fue conteste con el sistema judicial, “pese a todas las mentiras”. Así aceptó someterse a entrevistas psicológicas y psiquiátricas que le fueran requeridas. “Fue un infierno. Y aún lo es. Una telaraña en la que quedás atrapado y no te podés mover”, aseguró H. K.
“Increíblemente, mientras mi vida se derrumbaba, la madre empezó a viajar por el exterior, desoyendo cualquier requerimiento judicial que se le imponía. Más que nada mandar a los chicos a un abordaje terapéutico, lo cual llevó más de un año que realizara. Ella lo impidió, obstruyó y la Justicia avaló, por acción u omisión. El contacto de los niños con la familia paterna se cortó, generando así una desvalorización y hasta casi la anulación de mi figura”, manifestó preocupado.
En ese duro contexto, la denunciante, que presuntamente manifestó no tener ingresos ni trabajo por ser extranjera, siguió con los viajes.
“Pese a que la cuota alimentaria estaba cubierta, a mi cargo, y se quedó con el uso de la vivienda familiar, en un año y medio salió más de 10 de Argentina. En uno de sus viajes, de los cuales casi nunca tuve noticias, salvo por comentarios de terceras personas, dejó a mis hijos al cuidado de la abuela materna, una persona que no habla español, no conoce la ciudad, ni tiene algún tipo de arraigo con nuestra cultura o costumbres. Una decisión unilateral, sin mi consentimiento. Tampoco avisó al juzgado, sino hasta que volvió luego de estar 40 días en el exterior”, graficó H. K.
“Me opuse a todas esas ilegalidades, dado a que si bien tenía un impedimento de contacto, no contaba con una suspensión o privación de la responsabilidad parental”, añadió sobre su actitud en el proceso.
Sin embargo, pese a sus reclamos, “la conducta de la progenitora se repitió en varias oportunidades, a la luz y bajo el velo de la Justicia y de la Asesoría dependiente del Ministerio Público Fiscal, quienes dejaron hacer y dejaron pasar”, se quejó H. K.
En el derrotero en tribunales, recién a fines del mes pasado se dictó el archivo definitivo de la causa por abuso sexual infantil. “La otra nunca tuvo andamiaje”, destacó.
SORPRESA
H. K. informó que el 25 de octubre sus hijos fueron retirados por la madre del colegio, que está ubicado en el centro comercial de City Bell. Fue antes del horario de finalización de clases.
“Desde ese día, no supe más nada de ellos. No están en la casa, ni van a la escuela. Y, según dichos de la progenitora, que brindó por mail, se encontrarían en Brasil. Una ilegalidad absoluta”, consideró.
Al parecer, sin el aval expreso del padre para que salgan del territorio, los menores habrían sido sacados por un paso fronterizo clandestino.
Marcelo Peña, el abogado que lo representa, sostuvo al respecto: “Ha quedado un padre que siempre veló y cuidó a sus hijos, que eran la luz de su vida. Lo dejaron desesperado y destrozado por no saber nada de ellos. No fue oído con la empatía necesaria en tiempo y forma, prejuzgándolo por ser hombre. El Sr. H. K necesita de forma urgente tener información y que en algún momento se haga justicia para reencontrarse con sus hijos. Por ello solicitamos a todos los platenses y argentinos que se unan a él en esta búsqueda”.
“A medida que el contexto de género ha sido plasmado por varios magistrados como un punto de relevancia en sus resoluciones judiciales e, incluso desde un punto de vista social para algunos funcionarios de organismos públicos, teniendo como norte la tarea de generar ambientes y actividades laborales inclusivos y libres de violencias, aunque delineada en forma parcial hacia la mujer, no está lejos de observar el abuso significativo que paulatinamente ello generó en una sistematizada mecánica tendiente a quebrar justamente esa tan pretendida igualdad a la que tanto se proclama”, agregó.