"De nunca acabar". El llamado "Delito XXL" aún impacta en la Ciudad. Es que se siguen conociendo robos ocurridos durante el feriado de seis días.
Uno de esos casos ocurrió en la localidad de City Bell, la misma que aún llora la muerte de la veterinaria Emilia Merlo, quien se infartó 48 horas después de haber sido asaltada y maniatada en su casaquinta de 476 y 28.
Ahora fueron varios dispositivos electrónicos, más de $200 mil y joyas, lo que formó parte del botín que fue sustraído de la casa de un matrimonio, que se había propuesto disfrutar de unos días de relax en la Costa, pero que terminó sufriendo la angustia y el pesar de quien regresa a su domicilio y descubre que su intimidad fue violentada y pisoteada por desconocidos.
Desde hace años, los viajes vienen representando inmejorables oportunidades para los delincuentes especializados en escruches.
Justamente, durante lo que duró este fin de semana extra largo, ya hay un registro de al menos diez robos que sucedieron en tiempos de descanso en algún destino turístico del país.
Las expectativas en torno a cada aventura que se emprende siempre son positivas. Así mientras una familia se dedica a ultimar cada detalle para que “todo fluya” durante la estadía en el lugar elegido, otros aprovechan estas instancias para comenzar a realizar planes de desembarco en las casas que quedan solas y, así, apoderarse de todo lo que fácilmente transportable y, por su puesto, vendible.
Esta fue la situación que se le presentó a las víctimas de este caso.
El golpe fue cometido mientras los damnificados, una pareja cuya residencia está ubicada en 471 entre 14B y 14C, se encontraba paseando en la localidad balnearia de Costa del Este.
Como en otros asaltos de este tipo cometidos en lo que va del año, los ladrones volvieron a dar cátedra sobre cómo el manejo de una técnica e, incluso, la destreza física se pueden utilizar negativamente.
Utilizando un diagrama de acciones, los individuos lograron vulnerar la seguridad del lugar elegido de la forma más silenciosa y efectiva posible.
Hasta el momento se tiene que los ladrones treparon al techo de la propiedad, donde luego de forzar los hierros de una claraboya, rompieron los vidrios de esa estructura hasta generar el espacio, que les permitió colarse en el interior.
Esta reconstrucción se desprende de las marcas que dejaron los ladrones en la escena. Tal fue el nivel de sigilo con el que se procedió, que nadie en el barrio oyó ni sintió nada. Tampoco se pudo establecer que días antes hubiera desconocidos merodeando por el lugar.
El robo recién fue descubierto recién ayer por el propio damnificado, al retornar de la escapada de fin de semana. Según trascendió, la primera en toparse con la realidad fue la mujer.
Cuando llegó a su casa, se encontró con un panorama desolador.
Apenas separó la hoja del dintel, un abrumador desorden le hizo comprender de forma inmediata que la finca había recibido una indeseable visita.
Desesperada y asustada por lo que acababa de encontrar, abandonó la morada y se fue en busca de su marido, quien aún se hallaba en el auto acomodando. Si bien existía la posibilidad de que el ladrón aún permaneciera en el lugar, la pareja decidió adentrarse en busca de explicaciones.
Al principio todo era confusión. Pero a medida que fueron avanzando por los ambientes fueron atando cabos y así lograron concluir que los intrusos habían entrado por la claraboya.
Luego de ver los restos de mampostería dispuestos en el piso del baño, inmediatamente se dispuso a revisar cada rincón de la morada, encontrando la misma escena en cada uno de los ambientes.
A la mujer sólo le bastó con un repaso visual por su pieza, para darse cuenta de que habían logrado dar con un dinero que tenía para “reiniciar todo” después del viaje.
Así, pese a que los tenía “bien guardados”, la compra de verduras, frutas, carne, combustible y el pago de las cuentas quedaron en manos de los delincuentes. Además se apoderaron de una notebook y de un proyector.
En el piso del baño quedó tirada una segunda compu portátil, que se presume que, luego de caérseles cuando escapaban, decidieron no bajar a buscarla.
TAMBIÉN PASÓ EN VILLA ELVIRA
La ola de robos durante el fin de semana largo que pasó también alcanzó a un sector de Villa Elvira.
La vivienda de una mujer que se encontraba de vacaciones en la provincia de Entre Ríos resultó ultrajada por desconocidos que, según se sospecha, se habrían presentado de madrugada para delinquir al amparo de la oscuridad y no ser descubiertos en plena faena.
Es que consultados por la Policía, ningún vecino de la cuadra de 88 entre 7 y 8 pudo dar crédito de la presencia de “gente sospechosa” rondando la zona.
Un familiar expuso que además de provocar daños en una reja, se llevaron un televisor. Todo apunta a que tenían la intención de volver ya que había varios bultos preparados.