Un baño de sangre y una escena escalofriante. Con eso se encontraron los policías de la comisaría Decimosexta que acudieron a una humilde casita en el barrio que alguna vez se conoció como El Palihue y ahora se ganó el apodo de "El Chaperío". Llegaron a la 1.30 de la mañana de este miércoles a una casilla situada en 120 entre 602 y 603, después de que alguien llamó al 911 para avisar que allí había una mujer aparentemente baleada y una menor fallecida. Sólo tenían ese dato. Era peor.
En el umbral de acceso al lugar vieron a una niña tirada boca arriba, con un tiro en la sien derecha. Cerca suyo, en el piso de la cocina y en la misma posición, un hombre que aparentaba tener 50 años, también muerto y con un impacto de bala en el tórax. En la misma escena -el ámbito de por si es reducido-yacía tendida una mujer con un disparo en el pecho y algunos más en ambos brazos.
A los gritos, los policías pidieron el urgente arribo de una ambulancia, cuyos médicos constataron la muerte de la niña y del hombre y trasladaron en estado reservado a la mujer herida. Esta última fue oficialmente identificada como Laura Beatriz González, de 36 años, quien por estas horas permanece internada en el hospital San Martín. Es la madre de la chiquita asesinada, Alma Abril Aceval, de apenas 11 años. Hay dudas sobre la identidad del sujeto, ya que los investigadores barajan dos nombres: Mario Carballo o Mario Carbajal, de una edad incierta. La única certeza por el momento es que es oriundo de Lomas de Zamora, revelaron fuentes del caso a este portal.
Lo que se pudo reconstruir hasta el momento en base a algunos testimonios es que el hombre había sido pareja de González y que esta madrugada irrumpió violentamente en la casilla, para, enseguida, abrir fuego. "Aparentemente hizo varias detonaciones, mató a la nena e hirió a la mujer, quien logró arrebatarle el arma y dispararle", acertándole un tiro en el pecho, describió un pesquisa.
A instancias de la fiscal María Eugenia Di Lorenzo los policías resguardaron el perímetro para asegurar el trabajo de los peritos forenses, quienes secuestraron un revólver calibre 32 y levantaron indicios y muestras. Los cuerpos fueron trasladados a la morgue, para ser sometidos a las autopsias.
