Una familia de Altos de San Lorenzo se convirtió en víctima de la temida “banda del tiburón”, cuatro encapuchados que usan también guantes de látex y se hacen llamar así por razones que se investigan.
El ataque ocurrió poco después de las dos de la madrugada cuando todos dormían en una vivienda situada sobre la calle 76 entre 30 y 31. Un vecino fue el primero en tomar contacto con la Policía, cuando un patrullero llegó a la escena para cubrir el llamado a la central de emergencias 911.
El hombre contó que, cuando guardaba su auto en 31 entre 76 y 77, a la vuelta del domicilio de los damnificados, observó pasar a la carrera al menos a tres personas con ropas oscuras y capuchas. Al parecer, se juntaron en 76 y 30 y, desde ahí, tomaron por 30 en sentido descendente hacia 75.
Instantes después, ya irradiada la novedad de los sospechosos y sus características, la comitiva del Comando de Patrulla tomó contacto con los asaltados. La primera en hablar fue una jubilada de 67 años, junto a su hija de 37, de profesión arquitecta.
Ambas contaron que, mientras la familia descansaba, aparecieron los delincuentes, dos de los cuales tenían armas de fuego. Enseguida les reclamaron “el dinero, los dólares y joyas”, al tiempo que se daban a conocer como “la banda del Tiburón”.
Uno de los asaltantes, incluso, mantenía comunicación con el exterior vía handy. También hubo golpes para la profesional y el padre, de 70 años, aunque no sufrieron heridas de consideración. El botín no fue el esperado: apenas 15 mil pesos y tres celulares. Hasta dejaron el automóvil Fiat Argo de las víctimas encendido, porque no pudieron sacarlo del inmueble.
Se supo que una ambulancia acudió a la escena, a pedido de la mujer de 37 años, ya que su madre estaba muy nerviosa y el padre había sufrido recientemente un problema cerebro vascular.
¿La banda del tiburón? Nada se sabe.