"Dónde están los dólares", "dame los billetes fuertes", "queremos los norteamericanos". Frases como estas y, otras más, son muy escuchadas en cada asalto que ocurre en La Plata. Es que verdaderamente el llamado "oro verde", desde hace un tiempo a la fecha, tal vez por la realidad financiera de nuestro país, con el peso devaluado, es el tesoro más buscado por el delito.
En las últimas horas, hubo dos casos en la Ciudad que pintan de cuerpo entero esta situación. Claro que en el medio van cargando otros objetos, hay golpes, amenazas y lo que indica el manual del hampa.
Según se supo, un grupo de al menos tres delincuentes armados, con el rostro completamente cubierto y, al parecer, con base de operaciones en un sector denominado Bosques, en Florencio Varela, perpetró un feroz golpe en una vivienda ubicada en la calle 150 entre 415 y 416 de Arturo Seguí.
Los ladrones, que sorprendieron a las víctimas cuando estaban en un momento de esparcimiento, no escatimaron en violencia y castigaron brutalmente al dueño de casa.
En ese sentido, la integridad psicológica de toda la familia quedó muy afectada, ya que la ferocidad de la maniobra no pasó desapercibida por nadie.
Al ver que los intrusos comenzaban a ponerse cada vez más hostiles, una de las hijas ofreció sus ahorros: un total de 3 mil dólares.
La familia creyó que los delincuentes habían quedado satisfechos. Pero una vez que el sujeto tuvo en su poder el botín, un hombre de unos 60 años, el que pintaba canas y parecía ser el jefe, volvió a impartir instrucciones.
Esta vez, la orden era cargar todo objeto de valor que hallaran en el domicilio. Luego, siguiendo al pie de la letra el pedido del “líder”, los subordinados sumaron a hasta las carteras. Literalmente le vaciaron la casa.
Cuatro celulares, una notebook, una licuadora, una pava eléctrica, una caja de herramientas, un termo Stanley, dos carteras marca Jackie Smith, mochilas, billeteras con documentación y tarjetas, 2 botellas de whisky, 3 botellas de vino y un kilo de carne, terminaron conformando la larga lista de elementos que se llevaron.
Como los individuos llegaron a pie, desde el principio, el plan fue llevarse todo en el vehículo que estaba estacionado en la puerta de la propiedad.
En ese marco, el “mandamás” exigió a uno de sus subalternos que buscara la llave. El dueño de la finca indicó dónde estaban colgadas y el delincuente se dirigió hasta ese lugar con tanta mala fortuna para las víctimas que en lugar de una se topó con dos manojos.
Cuando parecía que la pesadilla llegaba a su fin, la familia debió sufrir otra dura afrenta. Uno de los sujetos se asomó por la ventana y proyectó que era muy probable que la llave marca Ford perteneciera a un vehículo de la misma marca que estaba estacionado en la calle. El pronóstico del ladrón fue certero. Fue así como se terminaron apoderando de dos rodados: un Ka y un Renault modelo Sandero.
Por qué se presume que la banda llegó de Varela, porque los dispositivos electrónicos, de un seguimiento que hicieron las propias víctimas, impactaron en la zona de Bosques, no muy lejos de la escena del feroz ataque.
INSENSIBLES
En tanto, en una casa ubicada sobre Diagonal 112 y Plaza España, a pocos metros del Hospital Zonal Especializado Dr. Noel H. Sbarra y de una escuela, sucedió otro episodio grave de inseguridad, con una jubilada de 83 años como víctima.
De acuerdo a la reconstrucción del hecho, que está siendo investigado por las autoridades policiales, fueron al menos cuatro ladrones que, encapuchados y armados hasta los dientes, ingresaron por los techos al domicilio de la mujer, que se encontraba sola circunstancialmente.
Según se indicó, cara a cara con su víctima, uno de los ladrones comenzó a exigirle los dólares.
“Le preguntaron varias veces dónde tenía el dinero, específicamente le preguntaban por unos supuestos dólares que tendría”, revelaron desde la pesquisa.
Lejos de oponer resistencia debido a estar completamente indefensa y por su avanzada edad, la mujer evitó confrontar y solo observó cómo revolvieron su vivienda.
“Tres de los cuatro ladrones comenzaron a revisar cada rincón de la casa”, refirieron voceros en base a la denuncia que se radicó.
Dólares no había, sí unos pocos pesos, que al final se los llevaron igual.