Johana Ramallo fue asesinada en 2017 en un contexto de trata de personas con fines de explotación sexual, hecho que por estos días se ventila en la Justicia Federal de La Plata, en un juicio oral contra los presuntos organizadores de una estructura criminal que -al parecer- también intermediaba la venta de estupefacientes en la Zona Roja y que habría captado a la joven a partir de su situación de extrema vulnerabilidad.
La mención de ese proceso oral no es casual, porque la madre de la víctima acaba de denunciar un episodio gravísimo: Marta Ramallo (45) puso en alerta a las autoridades sobre la profanación del nicho 572, donde depositó los restos de su hija en el Cementerio Municipal de nuestra ciudad.
Según la denuncia, al nicho le violentaron los tornillos, le corrieron corrido la tapa y sacaron un macetón con flores. Lo descubrió el pasado 19 de octubre, cuando fue de visita por el Día de la Madre. Detalló también que existe una medida en el expediente judicial de su hija, que establece la prohibición de modificar, alterar, tocar o abrir el nicho de Johana hasta que exista una resolución que dicte lo contrario, por lo que no sabe si su contenido pudo ser alterado y teme que así haya sucedido, por lo que no descarta solicitar la exhumación de los restos para evaluar su estado.
La mujer dijo que el macetón estuvo hasta el viernes 17 al mediodía, por lo que el suceso tiene que haber sido perpetuado entre la tarde del día 17 de octubre y la mañana del 19.
Declaró que enseguida comunicó el caso al Juzgado Federal N° 1 de La Plata, a cargo de Alejo Ramos Padilla, quien le recomendó realizar la denuncia en sede policial. A su vez manifestó que no cree que se haya tratado de un ataque al azar, sino que “es un mensaje mafioso de los acusados, que son juzgados por explotación sexual a su hija en la denominada Zona Roja, y que no entiende cómo nadie vio nada y que los responsables del Cementerio no le brindaron ninguna explicación satisfactoria.
En principio, se supo que en el exterior del cementerio hay cámaras de seguridad municipales, las cuales se relevarán para conocer si arrojan elementos de interés para la pesquisa.
“Entiendo que una cadenita o una pulsera se la pudo haber llevado cualquiera, pero había también un macetón enorme con una mariposa. En la tapa solo quedaron do tornillos y una arandela. Es imposible que nadie haya visto nada. Estoy devastada”, lamentó Ramallo en declaraciones a TN.
“Te devuelven a tu hija en pedazos, te vandalizan el nicho y las respuestas son siempre las mismas. Volvemos a la misma impunidad de siempre”. Sobre la sospecha de que fue una provocación de los acusados, recordó: “A los dos días al primer hallazgo del cuerpo, después de llevarlos al nicho, recibí una amenaza de una mujer que fue a mi casa y me dijo ‘ya la desaparecieron una vez y puede volver a pasar porque sabemos donde está’. Cuando vi la tumba, se me vino a la cabeza ese momento”.
“Estoy en un juicio llevando a ocho imputados por un delito grave, para mí es una alerta de que algo está pasando”, agregó. “Queremos ir acelerando un poco, porque son muchos testigos y quizás recién el año que viene terminen de declarar todos. Encima van agregando y desestimando testigos a último momento. Se está haciendo largo y cansador, pero necesitamos que haya justicia”, indicó Ramallo.
El debate se desarrolla ante el Tribunal Oral Federal N° 2 de La Plata, compuesto por Germán Castelli (presidente), Andrés Basso y Nelson Jarazo. Después, realizarán el juicio por el femicidio de Johana Ramallo, causa que todavía no fue elevada a esa instancia por la fiscalía de instrucción.
Johana, que tenía una hija, fue desaparecida el 26 de julio de 2017, a los 23 años. La última vez se la vio en la estación de servicio de 1 y 63 de La Plata. El 30 de abril de 2019 se confirmó que los restos de una joven que habían sido hallados en agosto de 2018 en la playa Palo Blanco de Berisso pertenecían a Johana.