Gustavo (76) y Mónica (60) vivieron una madrugada de miedo en el sitio donde deberían sentirse más seguros: su propia casa, en 14 y 68, donde irrumpieron tres ladrones encapuchados que los despertaron a los gritos y los apuntaron con las armas mientras exigían la entrega de dólares que la pareja no tenía.
La banda entró en la propiedad escalando un paredón lateral de 6 metros de alto y saltando al patio. Desde allí, todo les resultó relativamente fácil.
De arranque, las víctimas “no entendían nada”, pero les bastaron un par de segundos para entender que aquello no era una pesadilla ni una broma de pésimo gusto.
"El que llevaba la voz cantante del grupo nos obligó a ir juntos hasta el living", contó Mónica, "nos hicieron sentar en un sofá y nos mantuvieron apuntados todo el tiempo. Ahí empezó a reclamar que les diéramos dólares, cuando ni siquiera podemos ahorrar en pesos”.
Recordó que “hasta llegaron a decirnos `a ustedes los entregaron´", pero la pareja era bien consciente de que en esa casa no iban a encontrar dólares, ni aunque levantaran los pisos.
“Con barretas, que trajeron junto a otras herramientas en una mochila, nos levantaron varias maderas del piso en el living y hasta hicieron un agujero en el techo del pasillo que comunica el sector delantero de la casa con el ambiente trasero”, recordó Gustavo.
Los intrusos dieron vuelta todos los ambientes antes de reconocer que Mónica y Gustavo no mentían: "Sólo pudieron robarnos el único dinero que había, 20.000 pesos. Ninguna otra cosa”, dijo ella.
La frenética y frustrada fuga puso nerviosos y enojó a los delincuentes; tanto, que uno de ellos amenazó a las víctimas con cortarles los dedos. Después de una hora de violencia extrema, se fueron.
“Nunca nos pasó algo así, y eso que somos vecinos del barrio de toda la vida”, reflexionó la mujer, sin pasar por alto que la zona "viene con mucha inseguridad en los últimos 3 años, sobre todo por las entraderas".
