Un juez federal le ordenó al gobierno nacional que en 30 días resuelva si el gobierno de la ciudad de Buenos Aires puede importar 60 pistolas no letales Taser, otra vez en el centro del debate tras el crimen de la oficial de la policía de la ciudad Maribel Zalazar (35), ayer, en el barrio porteño de Retiro.
La medida la dictó el juez en lo contencioso administrativo federal Walter Correa, quien aceptó un amparo por mora que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta presentó en noviembre del año pasado porque la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC) no resolvía la importación de las Tasser.
“La Administración tiene el deber jurídico de pronunciarse expresamente frente a las peticiones de los particulares”, dijo el juez Correa en su resolución del miércoles de la semana pasada, sin pasar por alto que la ANMAC “no acreditó la existencia de obstáculos insalvables que justifiquen la mora”.
El debate por el uso de pistolas no letales en fuerzas de seguridad volvió con el crimen de la oficial Zalazar. El ministro de Seguridad de la ciudad con licencia, Marcelo D’Alessandro, sostuvo en su cuenta de Twitter que “el enfrentamiento podría haber sido controlado con una pistola Taser”. “Hace dos años compramos 60 unidades, pero el gobierno kirchnerista las bloqueó con el festival de excusas truchas que usan para defender delincuentes”, desarrolló. Y agregó: “Las armas no letales son una herramienta clave para cuidar a la gente, la mayoría de los países del mundo las usan”.
En rigor, no hubo un enfrentamiento: a Zalazar la mató Oscar Gustavo Valdez (29), un hombre al que ella se acercó para ayudarlo porque dijo estar descompuesto y terminó robándole el arma reglamentaria. Esto no quita que las Taser si podrían haber evitado muchos otros incidentes letales.
Otra medida que se instaló tras el conmovedor asesinato de la policía es si se pudo evitar la sustracción de la pistola 9 milímetros. Recordemos que todo se desencadenó cuando Zalazar y un empleado de seguridad intentaron subir a Valdez a una camilla. Según declaró la novia del asesino, Evelyn (22), y se corroboró con las imágenes de las cámaras de seguridad, Valdez se le abalanzó a la oficial, le quitó el arma y disparó dos veces.
Ella no estaba en situación de alerta porque asistía al hombre. Fue una agresión a traición.
Antes de ingresar en la Policía de la Ciudad, la oficial fallecida perteneció a la Federal entre 2014 y 2016. Usaba un arma Bersa Thunder, que traía de su paso por la Federal. A los nuevos oficiales porteños les entregan una Beretta PX4. Los policías de la Ciudad cuentan con una funda de nylon termoformada que tiene un cierre tipo “clip”, con gancho o prendedor, que no es es infranqueable. Se puede romper si una persona ejerce fuerza excesiva.
En este caso resultará clave analizar la funda táctica de Zalazar, para determinar si contaba con un seguro externo y a presión adicional, o de qué tipo era. En el caso de la pistola que usaba, la Bersa Thunder, cuenta con dos seguros, uno automático y uno manual. El protocolo policial establece que las armas se llevan cargadas para poder responder rápido ante una agresión.
TASER
En 2020 el gobierno de la ciudad inició el proceso de compra de 60 pistolas TASER, modelo X2 para la policía porteña. Son armas consideradas no letales y se utilizan en determinados lugares con aglomeración de gente donde el uso de armas de fuego puede ser peligroso, como estaciones de trenes, subtes. Las Taser disparan una descarga eléctrica que paraliza a la persona.
Por ser importadas, para su ingreso al país requiere la autorización de la ANMAC, aval que había dado en un momento su titular Ramiro Urristi, quien luego dejó el cargo. Desde el gobierno porteño aseguran que el funcionario fue expulsado por una pelea ideológica ligada a este tema.
ALLANAMIENTO TRAS EL CRIMEN
Horas después del asesinato de Zalazar, la Policía Federal allanó el domicilio del homicida, en la Villa 31 -Manzana 14, casa 156-.
El trágico hecho sucedió el martes, minutos después de las 11, cuando Zalazar advirtió que un pasajero descompuesto era asistido por empleado de Emova en la línea C y se acercó a ofrecerle un vaso de agua. Luego de cinco minutos de hacerle compañía a Valdez, y viendo el estado en el que se encontraba, decidió -junto al vigilador privado- subirlo a una camilla.
El sujeto de 30 años se negó y comenzó a forcejear con la uniformada hasta que logró sacarle el arma y disparar varias veces en direcciones distintas. Uno de esos proyectiles alcanzó a la policía: ingresó por el cuello y se alojó en el tórax. Otro de los disparos impactó en la cintura a un operario del subte.
La oficial fue trasladada en helicóptero y de urgencia al hospital Churruca. En el camino, la uniformada sufrió un paro cardíaco, que fue revertido en el shockroom. A pesar de los esfuerzos, murió mientras la operaban.
Zalazar estaba en pareja con un compañero de la fuerza de seguridad porteña y era madre de dos hijos, Zoe, de 14 años, y Alan, de cinco años. En la actualidad, prestaba servicio como parte de la División Subtes Líneas C, D, E y H y Premetro.
Su asesino tiene 30 años, es de nacionalidad paraguaya y registra antecedentes por violencia de género (una causa de que le abrió en 2021) y resistencia a la autoridad (de 2020). El último expediente vinculado a su persona lo tramita en la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas Nº 16, a cargo de Claudia Barcia.
En sus redes sociales, Valdez se muestra como hincha del club paraguayo Cerro Porteño. También se lo puede ver en diversas fotografías vistiendo la camiseta de River Plate. Suele además posar con botellas de alcohol y latas de cerveza, vehículos como motos y camionetas, y equipos de música.
