El pasado 30 de noviembre, cerca de las seis y media de la tarde, un hombre se presentó en un puesto de seguridad instalado en las calles 7 y 90. Estaba nervioso y asustado. Las razones eran obvias. Tenía una denuncia muy grave para hacer: “Fui testigo de un asesinato en Los Hornos. Sé dónde está el cuerpo", lanzó.
Según fuentes del caso, el declarante, de 47 años, nació en Uruguay, pero hace muchos años vive en un domicilio de la calle 154 entre 65 y 66. Fue precisamente por razones de vecindad que se juntó a tomar una cerveza con un mecánico al que conoce del barrio. Ocurrió en un inmueble de 61 bis entre 153 y 154.
Al parecer, en base a la información que brindó ante las autoridades, de ese encuentro también participaron otras dos personas, a las que identificó por sus apodos: "El Colombiano" y "Lauchi".
A este último, siempre en relación al testimonio que consta asentado en la Policía, el dueño del lugar no lo recibió de la mejor manera; todo lo contrario. Después de tomarlo del cuello, le dijo: “Sabés que te portaste mal conmigo, te voy a tener que matar”. Las razones de esa decisión aún no saltaron a la luz, aunque se sospecha que tendrían que ver con cuestiones de dudosa legalidad.
Así, acto seguido, el anfitrión habría cumplido con su promesa. Aparentemente lo tiró al piso y, cuando estaba indefenso, “el Colombiano” entró en acción.
En ese instante de terror, mencionó el denunciante, "el Colombiano agarró un hacha de hierro y le empezó a pegar hasta quitarle la vida". Todo pareció ser parte de un plan perfectamente orquestado con anterioridad.
Ya con el asesinato consumado, "me amenazaron para que los ayude a cavar un pozo en un patio trasero y ocultar el cadáver", indicó el uruguayo.
El hombre que se presentó con la terrible denuncia aseguró que la trama de terror continuó horas más tarde cuando lo llamaron para deshacerse de la evidencia: "Desenterramos el cuerpo, lo envolvimos en nylon negro, lo atamos con alambre y lo metimos en una Renault tipo break celeste, para tirarlo así en medio de la nada, a la altura de 60 y 179".
En ese punto, sobre la banquilla derecha de una calle de tierra, efectivamente hallaron al muerto, por lo que se inmediato se comunicó la novedad a la fiscal penal en turno de La Plata, Virginia Bravo, quien dispuso la presencia de peritos en el lugar, la incautación del celular del denunciante y de toda evidencia de interés para el caso.
Por el momento, destacaron los voceros consultados por HyD, no hay detenidos, aunque se cuenta con información que, se presume, impulsarían una serie de diligencias clave.
Una de ellas apuntaría a determinar los datos filiatorios de la víctima, conocer de sus antecedentes, a qué se dedicaba y quiénes conformaban su círculo cercano. Lo mismo sobre las personas que estuvieron dentro del taller mecánico. Incluido el denunciante, cuyo relato está bajo la lupa de los pesquisas, que buscan determinar si realmente fue obligado a participar del crimen o se trata de un arrepentido.
