Sigue la conmoción por el aberrante femicidio ocurrido ayer en un almacén de Villa Alba, en 604 y 125, a donde el criminal, que se terminó suicidando, fue con dos armas y un bidón con nafta. Roció con combustible el local y a su dueña.
Todo se desencadenó cerca del mediodía del viernes, cuando un hombre fuera de sí llegó al local portando dos armas de fuego y un bidón lleno de nafta. Allí estaban su dueña, Noelia Padrón Herrera (33), su cuñada Nadia Belén Genard (34) y un empleado, Gastón Ezequiel Helguera (28).
Según relató un testigo, Marcos Emanuel Berón (43) entró al comercio y reclamó a los gritos que quería “ver a Nadia”, con quien se había separado hace un mes tras una convivencia de una década, y con quien tenía un hijo de tan sólo 6 años.
Antes de ser vista por el atacante- la víctima atinó a correr y encerrarse en el baño del negocio. Pero, como lo presagiaron quienes estaban en el almacén, todo iba a terminar muy mal.
Gastón Helguera dijo después al diario EL DIA “por suerte la puedo contar, porque ya me veía muerto”, y agregó: “En esos instantes se me cruzaron por la mente mi dos hijos, de 2 y 4 años”. De inmediato, explicó el por qué de su dramática frase: “Marcos tenía en una de sus manos un revólver calibre 32 largo y cromado, que movía de un lado para el otro. En un momento se le escapó un tiro que pegó en el techo, mientras exigía tener frente suyo a Nadia”. El joven quiso escapar del negocio.
Sin embargo, reveló, “Marcos se dio cuenta de que iba a salir por una puerta del fondo del local. Fue en ese momento en el que me apuntó con el arma y me preguntó ‘¿a dónde vas?’. Me asusté mucho y para zafar traté de tranquilizarlo asegurándole que sabía dónde se hallaba Nadia y que iba a avisarle para que viniera”, reveló.
“Por suerte me creyó”, agregó, y señaló que, en realidad, su intención no fue otra que alertar en el barrio sobre lo que estaba pasando en el almacén. Lo primero que hizo fue correr a la carnicería de enfrente, pero cuando estaba por volver al almacén junto al vecino escucharon "5 o 6 disparos", una de las cuales le pegó en la cabeza a Nadia. Enseguida se desató un incendio dentro del negocio.
Noelia, la dueña del almacén, salió del lugar prendida fuego, porque el asesino la había rociado con nafta, al igual que al local.
Nadia y Noelia fueron trasladadas en un auto al hospital San Martín.
“Nadia estaba inconsciente y Noelia gritaba de dolor, calculo que con el 40% del cuerpo quemado”, recordó el empleado del almacén. En ese momento, agregó, “Marcos apoyó, a cada lado de su cabeza, las dos armas, el revólver calibre 32 largo y otro de calibre 22 corto, y disparó ambas al mismo tiempo".
Calcula el joven que toda la secuencia duró aproximadamente 10 minutos. Rescató que, al menos, “el nene de 6 años que tenía Nadia con este tipo en ese momento estaba en el jardín de infantes”
