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Báez Sosa: la bestialidad de la agresión, hizo llorar a un médico forense

El médico de Policía Científica Diego Duarte, quien realizó la autopsia al cuerpo de Fernando Báez Sosa en el Hospital de Pinamar, declaró ante los jueces del Tribunal I de Dolores que en su carrera jamás vio tanta violencia reflejada en un cuerpo.

El forense contó que la víctima presentaba “múltiples lesiones en la zona del maxilar derecho”, “hemorragia en el cerebro y cerebelo” y “hemorragias y hematomas”.

Un instante antes de que iniciara su declaración en el primer piso del edificio judicial, los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez, se retiraron de la sala para no tener que escuchar su testimonio y evitar observar las imágenes que pudieran exhibirse.

A la madre de Fernando se la vio también llevar consigo una biblia con cantos dorados, que le regaló una mujer en la puerta de la sala de audiencias.

Según detalló Duarte a los jueces, la víctima presentaba una “lesión cerebral aguda”, que produjo la “muerte instantánea en el paciente”.

“Las lesiones más importantes están en el cerebro y la cara”, explicó, y aseguró que además tenía un “desgarro hepático” y que un informe complementario determinó que existían además otras lesiones en un pulmón. Agregó que “las partes más afectadas” en el tronco cerebral “son las que albergan las funciones vitales del organismo”, y que sufrió “golpes multidireccionales” y “suficientes” como para “dañar el cerebro contra la pared ósea”.

Respecto de la impronta que la víctima presentaba en la cara, en su zona maxilar, precisó que se correspondía con un “golpe directo con muy alta energía”, compatible con “una zapatilla”.

A pedido de la defensa de los acusados, a cargo de Hugo Tomei, se opuso a la exhibición de fotografías del cuerpo de Fernando tomadas por Duarte en el hospital al que fue llevado previo a la autopsia, por lo que solo se mostraron las correspondientes al estudio forense.

Tras su declaración, el forense dijo a los medios que Fernando presentaba “lesiones incompatibles con la vida”.

“Nunca vi nada semejante”, agregó más tarde, visiblemente conmovido. Además, expresó con la voz quebrada: “El paciente sufrió daño en todo el sistema nervioso central, tanto cerebro, cerebelo, tronco cerebral, no hay una lesión única, son múltiples...la verdad que es muy fuerte siendo padre...”.

Por su parte, la médica ambulancista que asistió a Báez Sosa tras ser atacado en la puerta del boliche “Le Brique” de Villa Gesell, declaró que la víctima “no tenía posibilidad de sobrevida”, debido a las lesiones sufridas.

Carolina Giribaldi Larrosa, integrante del equipo de emergencias que asistió a Fernando (18) la madrugada del 18 de enero de 2020, explicó que “no tenía signos vitales” cuando llegaron al lugar del ataque, y que tenía “pupilas midriáticas (dilatadas), no tenía reflejos, ni movimientos respiratorios, y no tenía pulso”.

La médica precisó que “lamentablemente no hubo ninguna respuesta” de Báez Sosa ante la asistencia recibida, y aseguró que en sus 18 años como emergentóloga nunca vio “el deceso de una persona como consecuencia de las maniobras de compresión de RCP” como las que le realizaron.

La testigo, por último, sostuvo ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, que “Fernando falleció de un derrame cerebral masivo producto de traumatismos y no por un RCP mal hecho”.

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