El joven empleado de una heladería del centro de La Plata fue atacado a culatazos por una banda conformada por, al menos, diez menores, que desplegaron un furibundo golpe piraña en el local para apoderarse de un teléfono celular y la plata que había en la caja registradora. Los compañeros de la víctima reconocieron que "está mal" y analiza renunciar para no pasar de nuevo por un episodio parecido.
Sucedió a las 7 de la tarde del domingo pasado, cuando el empleado de una heladería que funciona en 13 y 57 revisaba su teléfono celular aprovechando que había mermado el movimiento de una tarde inusualmente agitada.
En ese momento irrumpieron diez precoces delincuentes que ni siquiera intentar simular lo que no eran. No revisaron cámaras ni chequearon que el joven de 27 años estuviera solo. Aparentemente ya habían estudiado los movimientos en varias pasadas previas que hicieron frente al comercio, tal como se detectó por el análisis del material registrado por cámaras cercanas.
Estos hampones fueron directo a su objetivo. El que parecía más grande (de entre 18 y 20 años) redujo al empleado pegándole en la cabeza con la culata del arma que portaba. Inmediatamente después le arrebató el teléfono.
Mientras eso pasaba, otros cuatro asaltantes saltaron el mostrador: uno se ocupó de abrir la caja y el resto de revisar cada rincón del negocio. Los otros, en tanto, "campaneaban" en la puerta. Después de varios intentos fallido por abrir la registradora, el empleado fue obligado a hacerlo.
Con una profunda herida en el cuero cabelludo, el joven avanzó hasta el mostrador dejando a su paso un reguero de sangre.
“Está muy mal. No es para menos con la situación que le tocó vivir. Escuché que es probable que ya
no trabaje más”, otro empleado de la firma “Gustito”.
La banda escapó con el dinero de la recaudación (el monto no se detalló) y el joven herido pidió ayuda entre los comerciantes de la cuadra, después de bajarle la persiana a otra jornada violenta.