Una familia de jubilados vivió durante la madrugada de ayer un verdadero calvario en Tolosa. Mientras descansaba, al menos tres delincuentes armados y violentos se colaron en su vivienda y mediante cachetazos, la despertaron para hacerle vivir la peor de las pesadillas.
Tal fue el nivel de crueldad con el que actuaron los ladrones, que el dueño de la casa terminó siendo atendido por personal del SAME, debido a los golpes que presentaba en varias partes del cuerpo.
El hecho tuvo lugar alrededor de las 4 de la maƱana, en 520, entre 12 y 13, cuando dos de los ocupantes del inmueble saboteado se encontraban descansando.
Allà reside una mujer de 70 años de edad, su hermano, dos años mÔs grande, y una hija de éste último, que al momento del atraco no se encontraba en el lugar.
SegĆŗn fuentes oficiales, los sujetos actuaron con el rostro totalmente cubierto para evitar que sus rostros quedaran grabados en la retina de sus vĆctimas. Si bien el caso es materia de investigación, por los indicios hallados en la escena, todo apunta a que los ladrones emplearon un crique para desprender la reja instalada en la ventana del lavadero.
Una vez que lograron sacar esta estructura metÔlica se abrió paso. Es sabido que en este tipo de atracos nocturnos, el efecto sorpresa es determinante para el éxito del golpe.
Es por ello que los ladrones realizaron todas las maniobras necesarias para abrirse paso en la vivienda con sumo sigilo.
Hay que señalar que también los ayudó el hecho de que los damnificados se encontraron entregados a un sueño profundo, producto de los medicamentos recetados para conciliar el descanso.
QuizĆ”s por ello, los intrusos debieron golpear en repetidas ocasiones el rostro de sus vĆctimas hasta que lograron despertarlos.
Se tiene certeza de esto por las marcas que le quedaron a ambos adultos mayores en la cara. De este modo, luego de desprender la estructura metÔlica de la pared, se abrió la ventana y se introdujeron en la morada.
Tras recorrerla con total libertad, sorprendieron a las vĆctimas en la cama. AsĆ, en cuestión de minutos y como se tratara de un simple trĆ”mite, los delincuentes lograrĆ”n tomar el control de forma expeditiva y sin mayores complicaciones.
La primera en ser abordada fue la mujer de 70 años. En una escena confusa, despertó con un fuerte dolor en la cara, un tanto aturdida y con un sujeto apuntÔndola con un arma.
Sin mediar palabra el sujeto le advirtió que si hacĆa algĆŗn tipo de ruido o movimiento extraƱo āiba a terminar muertaā.
Luego de apoderarse de un manojo de billetes, dos relojes, un alhajero y un revólver que habĆa pertenecido a un hermano fallecido cuando era comisario inspector, el sujeto se dirigió a una habitación contigua en donde se encontraban sus secuaces torturando al hermano de la mujer.
Por estas horas, se analiza distintas hipótesis, ya que no se descarta que se haya tratado de un golpe planificado a partir de la filtración de algĆŗn dato clave. āConcretamente se analiza si alguien los vendióā, expuso una fuente del caso.
La descripción que hizo la denunciante a la PolicĆa demuestra la cobardĆa y total falta de escrĆŗpulos de los autores del ataque. La mujer contó que pudo ver cómo entre dos personas āgolpeaban ferozmente a su hermano mientras lo mantenĆan inmovilizado en el sueloā.
Sin dudas, en esta habitación se vivió el pasaje mĆ”s oscuro del hecho delictivo. Luego de varios minutos, el jubilado pudo indicar el lugar en el que se hallaban un dinero que hacĆa muy poco habĆa extraĆdo del banco. Pero no fue suficiente.
Pese a que entregó la totalidad de sus ahorros, los ladrones estaban convencidos de que los 400 mil pesos y los 500 dólares que recibieron en mano eran apenas un vuelto y que su vĆctima tenĆa oculta una suma mucho mĆ”s abultada.
Fue asĆ que los intrusos continuaron dando vuelta la casa hasta que finalmente, tras media hora de registro e intrusión en los Ć”mbitos mĆ”s Ćntimos de la familia, los sujetos huyeron.
No se tiene certeza si se fueron porque se cansaron de buscar, o porque efectivamente le creyeron al jubilado o porque tenĆan el presentimiento de que la PolicĆa podĆa arribar en cualquier momento.
Lo concreto es que sin que nadie en el barrio se percatara, los sujetos saltaron la reja del frente, se subieron a un auto gris y abandonaron la escena.