Un ex subcomisario de la Policía Federal (PFA), su chofer y, el encargado de un edificio, comenzaron a ser juzgados como coautores del denominado "Robo del Milenio" en el que hace 13 años una banda de boqueteros nunca individualizada, saqueó 99 cajas de seguridad de la sucursal Congreso del Banco Macro, llevándose un botín calculado por la Justicia de entre 25 a 30 millones de dólares, el que jamás fue recuperado.
El debate comenzó el viernes pasado ante el juez Carlos Rengel Mirat, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 26 de la Capital Federal, en el edificio judicial de la calle Paraguay 1526.
La acusación está en manos de la fiscal general de juicio Diana Goral y de la auxiliar fiscal Marina Narváez.
Tres son los imputados que llegaron a este juicio en libertad, pero ninguno de ellos es alguno de los ladrones -nunca identificados-, que estuvieron dentro del banco.
Se trata del exsubcomisario de la PFA Marcelo Amarilla, en aquel momento segundo jefe de la por entonces comisaría quinta de Congreso; su chofer y también policía, el excabo Omar Mikic; y Rolando Pedro Quiroga Pardo, quien se desempeñaba como encargado del Instituto Argentino de Seguridad e Higiene, edificio lindero desde donde los boqueteros ingresaron al banco.
La imputación para los tres es la de ser coautores de un "robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda", delito que prevé una pena de tres a diez años de cárcel, aunque en el caso de los policías, por haber pertenecido a una fuerza de seguridad, la escala penal aumenta un tercio, con una mínima de cuatro años y una máxima que supera los 12.
Según fuentes judiciales, la hipótesis que intentará probar la fiscal Goral en el debate es que los policías Amarilla y Mikic "liberaron la zona" y le dieron cobertura a la banda desde el exterior.
En el caso del portero Quiroga Pardo, se le imputa haber "facilitado el acceso" de la banda al edificio donde trabajaba para que hagan el boquete, y luego fingir que había sido tomado como rehén junto a su hijo, que también estuvo imputado en la causa pero luego quedó sobreseído, y a un joven en situación de calle al que los ladrones cuando huyeron, le arrojaron un fajo con unos 5.000 dólares que quedaron tirados en una escalera.
El caso se conoce como "El Robo del Milenio", porque, emulando a los autores del denominado "Robo del Siglo" al Banco Río de Acassuso, ocurrido en 2006, en este hecho los ladrones también dejaron una frase burlona para los investigadores: "No será el del siglo, pero es el del milenium" (sic).