Los vecinos de un barrio de La Plata tienen mucho miedo de empezar a mirarse en el espejo de Rosario. Por eso piden medidas urgentes frente a las constantes balaceras que se vienen sucediendo en la zona desde el jueves pasado, una de las cuales terminó con dos heridos.
Fue el sábado, cerca de las 21, en 161 y 52. Tuvo como víctimas a Marcos Alfredo Vázquez (64), un hombre que miraba televisión en su casa, y a un presunto “transa”.
“Miraba la tele, se quiso parar para ver qué pasaba afuera y sintió como un ardor en la cintura. Como que algo lo había quemado”, declaró una hija de Vázquez. La mujer habló de nueve detonaciones y que su padre “enseguida se dio cuenta de que tenía un tiro encima”.
El dolor y, la sangre que brotaba sin parar, lo dejaron tendido en el piso. Alertada por los gritos, una familiar que vive cerca corrió en su auxilio, lo ayudó a levantarse y lo llevó hasta la cama de su habitación.
Después empezaron los llamados al 911 y al 107, pero un patrullero terminó realizando el traslado
hasta el hospital de Melchor Romero, donde los médicos determinaron que el plomo no afectó ningún órgano vital.
De los agresores, se sabe que se desplazaban en un auto de color gris, del que bajaron cinco “gatilleros”.
“Fue un infierno. No paraban nunca de disparar”, contaron en el barrio.
En el gran problema en ese sector de la Ciudad es que la mayoría de las construcciones están levantadas con chapas y maderas, por lo que son muy vulnerables ante este tipo de ataques
armados.
“Quedan como un colador”, describieron de manera muy gráfica en el lugar.
Pero la cosa no terminó ahí. Fuentes del caso confirmaron que esa misma noche ingresó en la UPA de Los Hornos, en 66 y 153, un herido de bala.
Se trata de un joven de 20 años que llegó al lugar en un auto particular, cuyo conductor desapareció sin dejar rastros. Con respecto al paciente, presentaba una herida de bala en una pierna, a la altura de la ingle, por lo que se resolvió su traslado al hospital San Martín.
En el barrio de la balacera no tienen dudas sobre la identidad del automovilista que llevó al herido hasta la salita de Los Hornos: lo vinculan, igual que al baleado, en el negocio de la droga. ¿Verdad o rumores vecinales sin sustento? Lo dirá la Justicia.
Los vecinos, furiosos, hablan de una vivienda que sobresale de las del resto de la zona. Y no precisamente por sus lujos.
“Tiene dos cámaras de seguridad”, advirtieron, sugiriendo que esos equipos los ponen en alerta ante un eventual allanamiento o irrupción de adversarios.
En medio de lo que entienden como una disputa sin tregua para quedarse con el jugoso negocio de la venta de drogas al menudeo en ese punto de la Región, el jueves a la noche se registró el primer ataque. Y hablan de que los “tira tiros” emplearon armas de puño y hasta largas para
efectuar unas 10 descargas hacia el búnker rival.
El viernes, por si fuera poco, “hubo disparos toda la tarde y los vecinos tuvieron que esconderse para tratar de resguardarse”, destacaron.
Ya en la noche del sábado, se vivió el incidente más grave, cuyo saldo, como ya se dijo, fue el de dos heridos.
Encima, se supo que Vázquez estaba con sus sobrinos de 11 y 8 años, el menor de los cuales es hipoacúsico, cuando empezaron los tiros.
“Estaban en una cocinita de madera mirando la tele y empezaron los balazos. Por eso se levantó para ver qué pasaba y proteger a los chicos”, mencionó la hija del herido, agregando que su padre "se quiso tirar arriba del más chiquito y ahí le pegaron”, agregó.
El mayor enojo en el barrio, demás está decirlo, pasa por el tema seguridad. “Acá todos sabemos quién es quién y la Policía también. Pero dejan que estas cosas pasen y, salvo cuando hay heridos, como ahora, no se meten nunca con estos tipos. Es algo muy extraño y sospechoso. No sé. Uno
piensa mal”, se quejó un frentista.
La causa quedó bajo la instrucción del fiscal Álvaro Garganta, con la carátula “abuso de armas y lesiones”.