La provincia de Entre Ríos se estremeció en las últimas horas con el femicidio de una joven de 25 años que fue acribillada de tres balazos en la puerta de su casa de Concordia, por un hombre de 34 años que estaba “obsesionado” con ella y que luego se suicidó, informaron fuentes judiciales.
Ocurrió pasadas las 21.30 de ayer, 8M, en la vivienda de la víctima, un complejo de departamentos ubicado sobre calle Guarumba, entre calles Eva Perón y Entre Ríos. Valeria Leoncino, de 25 años había invitado a su casa a tres amigas, quienes al entrar vieron a Carlos Passarella (34) en su vehículo Ford Fiesta blanco.
Según declararon las amigas ante los fiscales José Arias, Mario Guerrero y Mauro Jaume, reconocieron al hombre porque trabajaba con Valeria. Asimismo, las jóvenes aclararon que el agresor “estaba obsesionado” con su amiga y que incluso le había insistido en varias oportunidades para iniciar una relación.
Minutos más tarde, cuando Leoncino y sus amigas bajaron del departamento y llegaron al portón de salida del complejo, Passarella se aproximó, extrajo un arma calibre 9 milímetros de una riñonera y realizó tres disparos contra Valeria.
Inmediatamente, el resto de las jóvenes escaparon corriendo para alertar a la policía, mientras que el agresor regresó a su vehículo, en el que avanzó unos 150 metros por calle Eva Perón hasta el ingreso al Club Hípico de Concordia y luego se mató de un tiro.
Mediante las primeras investigaciones se logró determinar que dos de los disparos impactaron en la zona del torso y otro a la altura del cráneo de la joven.
El fiscal Arias a cargo de la causa remarcó a la prensa que se trata de un hecho con “una víctima mujer atacada por un hombre, evidentemente obsesivo”, quien tenía “un interés hacia la chica pretendiendo formar una relación y, ante el rechazo, decide quitarle la vida porque no admite otra posibilidad”.
”Se trata de cosificar a la mujer y no dejarla hacer su vida: simplemente ‘o estás conmigo o no estás con nadie’”, agregó el fiscal, al aclarar que el atacante “a los pocos minutos se quitó la vida”.
"ESTOY TEMBLANDO, ESTOY ASUSTADA"
“Nosotras salimos de trabajar juntas. Íbamos caminando para el mismo lado y nos despedimos en una esquina”, relató Florencia, una amiga de la víctima, al canal TN. Y sumó: “Cuando llegué a mi casa, ella me mandó un mensaje diciéndome que esta persona (por el asesino) la estaba esperando abajo”.
“Le pregunté dónde estaba y la llamé. Me dijo que al momento de ver a Carlos, estaba dentro de su casa. Le dejé en claro que yo ya iba en camino. Fue ahí cuando me avisó que dos amigas más también estaban en camino y se cortó la llamada”, agregó.
Según Florencia, este hombre "se dirigió a su casa con la excusa de ir a buscar unas cosas. En realidad, era ella la que se las iba a devolver. Producto de la relación de amistad que había entre ambos, él le había regalado e instalado una cortinas cuando ella se mudó. Tenía también una computadora que le pertenecía”, explicó.
Aún cuando el motivo parecía ser genuino, Florencia aclaró que la joven de 25 años sospechaba de las intenciones de Passarella: “Ella sabía que le podía hacer daño. Incluso, me contó que cuando el bajó del auto, llevaba consigo un bolso chiquito”, contó.
“Me dijo: ‘no sé que puede llegar a tener ahí. Estoy temblando. Estoy asustada’”, evocó. “Yo en ese momento decidí cortar la llamada y apurarme. Y siete minutos más tarde, cuando llegué a su casa, me encontré directamente con la Policía y con mi amiga ya tirada en el piso y sin vida”, lamentó.
Sobre la secuencia del femicidio, Florencia precisó: “Sus amigas estaban bajando las cosas de esta personas cuando, de un momento para el otro, el hombre aprovechó la ocasión, forcejó el portón y entró al domicilio. Fue directo a Valeria y la asesinó. Después se suicidó”. Y cerró el relato: “Las chicas se asustaron y salieron corriendo a pedir ayuda”.
OTRA DENUNCIA QUE NO SE TUVO EN CUENTA
La compañera de trabajo y amiga de la víctima dijo que esta última había realizó una denuncia ante la Fiscalía contra una persona que estaba haciéndose pasar por ella en redes sociales. Más adelante, caerían en cuenta de que se trataba del mismo Passarella.
“Mi amiga Valeria fue a la Fiscalía y no le creyeron nada. Había hecho una denuncia contra una persona que le había creado un perfil falso. Dentro de este perfil había fotos íntimas de ella, que había conseguido hackeándole el celular. Además, leía diariamente todas sus conversaciones con familiares y amigos”, denunció.
“Con el tiempo, nos dimos cuenta de que se trataba de su asesino. Él era quien le leía todas las cosas, la seguía, sabía dónde estaba y con quién estaba. Con esa información, ella intentó hacer nuevamente la denuncia y la secretaria de la Fiscalía dijo que no podía denunciar a una persona y cambiar a otra”, agregó. Y finalizó: “Llevó nombre, fotos, capturas, conversaciones y nadie le creyó. Terminó todo ahí”.
"AMABLE Y SERVICIAL"
De acuerdo con el testimonio de Florencia, víctima y victimario eran solo “amigos”. Sin embargo, Carlos quería más que eso.
“Él era una persona que estaba obsesionada con ella. Valeria siempre le dejó en claro que no iba a haber más que una amistad pero el nunca lo entendió. Hasta la familia tuvo que involucrarse”, indicó.
Fuera del vínculo personal que los unía, ambos llegaron también a trabajar juntos: “Él le dio trabajo cuando a ella la despidieron. Le ofreció trabajar con él. Valeria le dijo que no, que no quería trabajar con él. Pero como él tenía dos negocios por separado, le dijo que podía trabajar en el otro, donde operaba una mujer”.
En relación a la imagen que Carlos transmitía, admitió: “Era amable y servicial con familia y con amigos. En un principio, nadie de nosotras sospechaba nada de él. Siempre fue muy atento y estaba ahí para lo que necesites. Yo lo conocí personalmente. Hemos compartido alguna charla en algún momento”.