Los investigadores del crimen del empresario inmobiliario Jorge Enrique De Marco (65) esperan que la autopsia que realizarán hoy en la morgue judicial de San Fernando arroje algo de luz respecto a la mecánica del homicidio, para avanzar en el esclarecimiento del caso. Lo que se sabe hasta ahora es que al hombre lo ataron de pies y manos en el cuarto de su casa de Las Lomas de San Isidro, donde vivía solo, y que lo golpearon, aunque no queda claro si esas lesiones le causaron la muerte, si fueron otras que no están a la vista o si falleció a causa de un infarto provocado por miedo y estrés. De lo que casi no hay dudas es respecto del móvil: todo apunta a un robo.
Detectives de la Policía Bonaerense trabajan en la escena del crimen para buscar pruebas y reconstruir las últimas horas de la víctima. El asesinato fue descubierto después de que Alberto Sinopoli, un vecino y amigo de De Marco, ingresó con llaves en la casa de la víctima -situada en San José 86, a una cuadra del Hipódromo de San Isidro-, preocupado porque no respondía los mensajes de WhatsApp ni las llamadas.
“Ayer (por el miércoles) hablamos normalmente. Hoy (jueves) no contestaba los mensajes de WhatsApp y tampoco las llamadas. Con otros amigos en común vinimos al mediodía. Él vivía solo. Como yo era el único que tenía llave, decidimos entrar y nos encontramos con la escena de un homicidio. Fue un robo. Éramos como hermanos, nos criamos juntos”, dijo el hombre al canal de noticias TN.
Tampoco hay certezas sobre qué le robaron. El único ambiente de la amplia propiedad que apareció revuelto es la habitación donde estaba el cuerpo y se sabe que faltaban varias armas y algún teléfono. Las autoridades confirmaron que la casa no tenía cámaras; sólo una alarma que en ningún momento sonó. ¿Estaba desconectada o la desactivaron los criminales? Otra duda.
Se sospecha que los responsables serían entre dos y tres personas, que se colaron por la ventana del dormitorio del primer piso y que sorprendieron a De Marco cuando descansaba.
Según registros oficiales, De Marco se dedicaba a “servicios inmobiliarios realizados por cuenta propia, con bienes urbanos propios o arrendados”. Estaba en pareja con una mujer que ya fue citada para ofrecer testimonio, pero no convivían.
La fiscal de San Isidro Carolina Asprella, a cargo de la investigación, estuvo en la escena del crimen y ordenó a los técnicos de la Policía Científica una serie de medidas de prueba. También solicitó al personal de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte I y a los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro un relevamiento de las cámaras de seguridad instaladas en la zona para buscar filmaciones con las que se pueda reconstruir lo ocurrido.