Una mujer de 51 años y, su madre de 84, cerraron de la peor manera el 2022: con tres delincuentes en su casa de Villa Elvira, a un par de horas de comenzar a regir el año nuevo. El asalto ocurrió en 8 bis entre 81 y 82, cuando madre e hija se aprestaban a compartir solas la cena.
Sin embargo, de manera inesperada, irrumpieron en el domicilio quienes no estaban invitados. Y les hicieron padecer 20 horribles minutos. Tanto por la violencia ejercida contra una de las víctimas, la de 51 años, como por lo cuantioso que resultó el atraco.
Quien llevó claramente la peor parte en este caso de inseguridad fue Analía Urrizmendi, quien ayer a la tarde, en la puerta de su casa, brindó a EL DIA los pormenores del violento caso.
“Fue el sábado (31 de diciembre) a las 21.48, según mostró luego una cámara de seguridad, que los filmó (a los ladrones) yéndose en mi auto a las 22.08”, citó inicialmente.
Sobre cómo se coló la banda en su inmueble, explicó que “había dejado la ventana de vidrio que da al frente con la persiana levantada y con la luz de ese sector apagada. Pensando cuando ya había pasado todo, reflexioné que sólo me faltó poner un cartel de “pase” a los delincuentes”.
Enseguida recordó que “mamá se estaba bañando cuando sentí voces que venían del frente de casa. Me asomé para saber qué pasaba y ahí fue que se me vinieron dos de los ladrones encima y uno de ellos me golpeó con el arma de fuego en mi cara. Después ingresó un cómplice”.
Luego fue la jubilada quien, desde el baño, escuchó a su hija hablando tensamente con otras personas y preguntó qué pasaba. “Le dije a mi mamá que me estaban asaltando, pero que se quedara tranquila”, reveló Analía. Una vez que la señora mayor se cambió y se topó con la desagradable escena de ver a su hija con los desconocidos, uno de los sujetos, quien portaba el arma de fuego, soltó una frase que estremeció a ambas.
En tal sentido, Analía consignó que “le pedía a mamá que me dijera de darle toda la plata que había o si no me liquidaba, según la palabra que utilizó”. Segundos después, el mismo asaltante amedrentó directamente a Analía, para lo cual apeló a un tormento psicológico.
Me dijo cuento hasta tres y antes tenés que darme absolutamente todo el dinero que hay, de lo contrario te mato. Y lentamente, inició el conteo. Pensé que me podía matar”. Para evitar saber si el intruso advertía en serio o, era simplemente una estrategia para asustar a madre e hija, Analía terminó revelando dónde guardaba sus ahorros.
Consultada por lo sustraído por la banda, informó que “me robaron 3.000 dólares, entre 20.000 y 30.000 pesos, una notebook, anillos de oro, elementos de bijouterie, el celular de
mamá y mi auto, un Volkswagen Gol Trend, color gris oscuro, modelo 2017, patente AB195DM, que todavía no apareció” como tampoco los asaltantes.
La banda escapó del lugar en ese coche y en otro con el que llegaron a esa vivienda. Un rato después, apenas pudo sobreponerse a semejante disgusto, Analía se comunicó con el 911.
“La Policía vino rápido. Y ayer (por el lunes) radiqué la denuncia en la comisaría, donde me informaron que ya se dispuso el pedido de secuestro para mi auto”, indicó la damnificada.
Y reflexionó que por lo mucho que le robaron y, el mal trance padecido, “me arruinaron el verano”.
En otro tramo de la extensa charla con este diario, la vecina recordó además que “el más violento de los tres, que me pegó con el arma en la cara al menos tres veces, en más d e una ocasión me pidió que no lo mire”. El rostro de la víctima quedó aún con secuelas de ese despiadado maltrato. Aquella conserva hematomas en su tabique nasal, debajo de su ojo derecho y en la frente.
Ni siquiera su madre quedó a salvo de la furia de la banda. “Uno de ellos le pegó a mamá una cachetazo en la cara, molesto porque ella les pedía que no me peguen”, reflejó Analía. Por último, anticipó que “voy a poner cámaras de seguridad”
SE LLEVARON HASTA LA SIDRA, PERO LES OFRECIERON AGUA
Un matrimonio de jubilados sufrió una brutal entradera en su domicilio de Ringuelet a pocas horas del inicio del 2023, en la que fueron atados y torturados por delincuentes que se tomaron el trabajo de llevarse hasta el vino y la sidra que era para brindar. El dramático episodio de inseguridad tuvo lugar el pasado 30 de diciembre en la zona de calle 4 bis, entre 516 Y 517.
Ahí se hicieron presentes dos ladrones que, tras ingresar por la parte trasera de la casa, sorprendieron a la pareja de adultos mayores que recién se despertaba. José, de 89 años y uno de los damnificados de esa fatídica noche, recibió a EL DIA en su casa y relató -aún en estado de shock- el lamentable robo que padeció junto a su esposa Dora (86).
“Yo me acerqué a abrir la puerta que comunica con el fondo de la casa para sacar a mi perrita. En ese instante se abalanzaron dos delincuentes, uno de los cuales me tapó la boca con una mano y me ordenó ‘metete para adentro’”, contó la víctima. Y agregó a su relato: “El mismo ladrón me encerró en el baño y me ató las manos con cordones de zapatilla. Enseguida me robó la alianza que tenía de los 67 años que llevamos de casados con mi señora”.
Claro que no fue lo único que sustrajeron ambos intrusos de ese domicilio. Según detalló José, los malvivientes se llevaron una suma cercana a los 50.000 pesos, un televisor plasma, relojes, una medalla de oro y un encendedor bañado en oro. Indignado por lo vivido, el jubilado reveló: “Se llevaron hasta botellas de sidra, vino y de gaseosas, que íbamos a llevar a la casa de nuestro hijo la noche del 31 de diciembre”.}
La impunidad de los delincuentes fue tal que, luego de maniatar al hombre en el baño, que estaba junto a su mujer, revolvieron toda la casa y permanecieron en el interior casi dos horas. “Revisaron hasta los libros de mi hijo”, detalló José. El momento más tenso fue cuando los hampones los torturaron bajo la amenaza de cortarles la lengua. “Nos advirtieron que si hablábamos, nos la cortaban”, aseguró la víctima.
Para colmo, como en un acto de “solidaridad” con los damnificados, los ladrones les preguntaron si necesitaban algún remedio. “Menos mal que se tranquilizaron, nos ofrecieron hasta agua”, sentenció. Ambos delincuentes son buscados por estas horas por agentes de la comisaría sexta que tomaron conocimiento del suceso.
Tras la violenta entradera sufrida, José reveló que en la madrugada de ayer intentaron volver a ingresar a su domicilio. “Escuchamos ruidos y nos levantamos. Por suerte se fueron, pero estamos alertas”, concluyó.