Un jubilado platense que dormía en su casa de La Loma fue sorprendido por delincuentes armados que lo maniataron y golpearon para robarle dinero y objetos de valor.
El protagonista involuntario de esta pesadilla es un hombre de 83 años que se despertó a las 3 de la mañana del viernes con el estallido del cristal de una ventana, en su casa de 44 entre 22 y 23.
Los intrusos lo sacaron de la cama, le vendaron los ojos y lo ataron de pies y manos a una silla en donde lo atacaron salvajemente para sacarle información.
“Mientras me apuntaban con una pistola me pinchaban con un cuchillo en la pierna para que les dijera donde tenía el dinero”, señaló el damnificado.
El robo duró al rededor de 30 minutos, en los que los delincuentes dieron vuelta la propiedad. No se limitaron a revisar los escondites más comunes, sino que realizaron un minucioso trabajo en búsqueda del botín. Tanto, que hasta arrancaron las plantas con la sospecha de que podía haber ahorros entre las raíces y la tierra. Claro, no encontraron nada.
Luego se dirigieron al piso superior, donde todo el ambiente está cubierto por un machimbre que también desprendieron. De nuevo, nada.
Finalmente, con dinero en efectivo, joyas y relojes, escaparon por el mismo lugar por el que presuntamente entraron, el pasillo del vecino, en donde -al huir- dejaron grabada la marca de una huella.
El lateral de la casa asaltada da a un largo pasillo que conduce a otra vivienda en el centro de manzana. Aunque aún las autoridades no determinaron el procedimiento, el hombre cree que de su casa salieron a ese pasillo y allí saltaron el paredón que los dividía de la calle, tapial que quedó marcado por la pisada y que -sobre su parte superior- tiene trozos de vidrios rotos para intentar frenar estas irrupcuones.
“El hombre de acá al lado colocó eso, pero al final uno ya no sabe qué más hacer”, contó el jubilado atacado, a quien, según la policía, le sustrajeron 200 mil pesos y 20 mil dólares.
El damnificado tuvo que recibir asistencia médica por las heridas que padeció en el asalto, sobre todo golpes en la cara.
“Me duele el cuerpo” dijo pasándose las manos por los lugares donde le pegaron, sin embargo, a pesar de todo aseguró sentirse bien. En la zona hay diferentes cámaras de seguridad de los comercios, entre ellos las del Banco Provincia de avenida 44.
Con ese material trabajan los investigadores para poder dar con los delincuentes, pero hasta ahora no hay sospechosos identificados.
