La inseguridad altera la vida de quienes la padecen y la rutina de aquellos que intentan zafar o, al menos, evitar que se repita. Muchos, los que pudieron, se mudaron a barrios cerrados o a countries en busca de la tranquilidad que no encuentran en la Ciudad. Y no fueron pocos los que optaron por los departamentos, con la presunción de que la altura los pone fuera del alcance de ladrones. Lamentablemente, una seguidilla de episodios los confronta con la realidad de que no hay obstáculo que no logre vencer el delito.
Claro ejemplo de ello fue la situación vivida en las últimas horas en un edificio de la calle 21 entre 38 y 39, donde dos jóvenes treparon por el frente con una agilidad asombrosa. Sus movimientos quedaron registrados en una cámara de seguridad y por eso los vecinos del consorcio esperan que las autoridades logren atraparlos.
En la última incursión no tuvieron éxito, ya que sonó una alarma y tuvieron que escapar
desandando el camino recorrido.
Los vecinos de la zona aclararon, no obstante, que la misma propiedad fue desvalijada recientemente y no descartan que se trate de los mismos autores. “Esto es zona liberada”, se quejaron.
EN EL MONDONGO
En tanto, en el barrio El Mondongo se registró otro caso de un intento de robo en un edificio, al que intentaron entrar de madrugada y a las patadas. El caso sucedió en la calle 71 entre 116 y 117.
“Tipo 05.30 horas intentaron abrir el portón del edificio, lo destrozaron, pero justo hicieron sonar la alarma. Se llamó al 911 y nunca llegó la Policía. Una impunidad total”, expresaron en el grupo barrial que se creó en la red social Facebook.
“Evidentemente dejan que actúen. La Policía no hace más nada y además puede que se los lleven, pero aparecen de nuevo en escena. Lo único que queda es decir que Dios nos ayude”, fue otro de los comentarios.
“Estos mismos pibes, por no decir otra cosa, estuvieron intentando abrir la puerta del pasillo a los departamentos en 65 entre 115 y 116. Una locura todo lo que está pasando”, postearon.
Demás está decir que en ambos casos se reclama por una mayor presencia policial, sobre todo en los horarios donde la gente duerme, ya que es un punto de máxima vulnerabilidad.
“Si los que tienen que prevenir no previenen, los que tienen que patrullar no patrullan, se hace muy complejo. Y después tenemos el drama adicional de la Justicia, que libera a los delincuentes, sin son menores de edad. La verdad, es un combo aterrador”, concluyó un habitante de la zona.
