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La angustia de perderlo todo por tomarse unos días de descanso

Los platenses ya están perfectamente al tanto de que a la hora de planificar las vacaciones o una escapada corta deben contemplar, además del alojamiento y otras vicisitudes, cómo reforzar la seguridad de la propiedad que queda vacía. Y después de este fin de semana extra large, son muchas las familias que pueden dar fe de la importancia del asunto, tras convertirse en damnificadas de una modalidad en ascenso: la de los escruches.

Les pasó a los dueños de una casa situada en 121 entre 68 y 69, quienes aprovecharon los feriados para viajar a Sierra de la Ventana, sin imaginar que ladrones sacarían a su vez provecho de ello  colándose en la propiedad tras violentar la puerta del frente.  Ellos se enteraron a las tres y media de la madrugada del último domingo, por un mensaje del grupo vecinal de WhatsApp que les comunicó que había "gente caminando por los techos de su domicilio".

La casa desvalijada en El Mondongo

Una persona de su círculo cercano pasó por la finca y confirmó las peores sospechas: el acceso principal estaba roto y los ambientes en completo desorden. Los dueños de la vivienda arribaron a La Plata el lunes a la tarde y se toparon con un panorama espantoso, con el piso tapizado de sus pertenencias, los placares abiertos; la alarma hecha pedazos; las tapitas de la luz desencastradas; el techo de los muebles desmontados y hasta la reja de la ventana de un dormitorio arrancada.

Les robaron, entre otras cosas, una cámara fotográfica con dos lentes y un televisor de 42 pulgadas.

LOS HORNOS AL ROJO VIVO

Por otro lado, a una familia de Los Hornos le desvalijaron su casa de 66 entre 134 y 135 mientras descansaban en Mar del Plata.  Lo descubrieron cuando regresaron, el lunes a
las tres de la tarde. Los intrusos se metieron por las ventanas de un patio trasero, ubicado en la planta alta y escaparon llevándose 400 dólares; 1.200 reales; tres mil pesos y alhajas varias, entre ellas tres relojes de oro.

En esa misma localidad, pero en 67 entre 131 y 132, los ladrones atacaron un taller de chapa y pintura, cuyo dueño decir tomarse unos días de descanso. Por eso, cuando el hermano lo llamó ayer por la tarde para contarle que una vecina le había dicho que el comercio estaba abierto, “se le vino el mundo abajo”.  El hermano, que terminó yendo al taller, le mencionó que la persiana metálica de la entrada estaba levantada un metro aproximado del suelo y que había daños en la gaveta de gas.

Lo más probable es que haya actuado la llamada “banda de la cabina”, que si bien en los últimos días tuvo a cuatro de sus miembros detenidos, no se sabe si recuperaron la libertad y, volvieron a delinquir bajo la misma modalidad, o se trata de secuaces o otros ladrones con idéntico método.

Del taller sustrajeron dos pulidoras; dos atornilladoras inalámbricas; dos computadoras integradas; un monitor de 24 pulgadas y una campera de color negra. El local, trascendió, contaba con un circuito de monitoreo interno, gracias al cual se comprobó que ayer, a las cuatro y media de la madrugada, tres sujetos a bordo de una moto frenaron frente al taller, uno rompió la cabina de gas y se metió en el inmueble.

Detrás suyo ingresó un segundo delincuente, mientras el tercero se quedó haciendo de campana. En la denuncia los damnificados detallaron que  los intrusos revisaron los vehículos que estaban en el predio, como una camioneta Ford Ranger, a la que le dañaron el apoya matafuego, y una camioneta Peugeot Partner.

Por si fuera poco, una hora más tarde, cayeron otros dos delincuentes al taller y se mandaron por el boquete de la cabina de gas. Se supo que los primeros robaron las herramientas y los segundos los elementos de informática.

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