La Plata: motochorros ganan por goleada y tienen en jaque a un club de fútbol

Motochorros tienen a maltraer a los chicos y adolescentes que juegan al fútbol en las canchas que tiene la Asociación Beto Ávalos en 9 y 506. Son jugadores de las categorías 2015 a 2005, que compiten en la Liga Metropolitana, en Lisfi y el Lifipa y suelen ser atacados por delincuentes cada vez que vuelven caminando a sus casas, después de los entrenamientos.

Fabián Ávalos (56), hijo del recordado Beto -el fallecido ex jugador y director técnico de las divisiones juveniles de Estudiantes- y responsable del club,  contó que el último asalto sucedió alrededor de las 18.30 del domingo pasado en 7 y 508, luego de que una mujer fue a buscar a su hijo de 11 años después tras un partido que jugaron contra el club Almirante Brown en Adrogué: “Les robaron ropa deportiva, botines, canilleras, guantes de arquero y celulares”, entre otras cosas.

Los motochorros, de edades similares a las de las víctimas, atacan a eso de las 17.30, cuando los chicos se retiran del club, a pie o en bicicleta. Es por eso que desde el club les aconsejan salir en grupo o acompañados por familiares.
“Además les inculcamos que si les toca ser interceptados por uno ó más delincuentes, que anden en moto o a pie, no opten por resistirse. Por un celular o un par de botines, son capaces de matarte”, subrayó Ávalos al diario EL DIA.

El dirigente aclaró también que la inseguridad en la zona no golpea únicamente a los juveniles futbolistas de la Asociación.

Juan Sebastián (15) es uno de los adolescentes que juegan al fútbol en la Asociación Beto Ávalos y que hace tres semanas atravesó la amarga experiencia de ser blanco de los motochorros que azotan al barrio.

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“Salí de entrenar a las 6 de la tarde y mientras caminaba por calle 502 bis entre 5 y 6, en dirección a mi casa, frenó una moto con dos pibes”, contó, recordando que "había mucha niebla y que estos ladrones estaban con gorritas y tapaban sus caras con cuellos polar”.

El que iba como acompañante fue quien bajó de la moto y encañonó a Juan Sebastián para que le diera "todo". Calculó la víctima que el ladrón que lo amenazó tendría unos 13 años y que el otro "era un poco mayor". Él tuvo que conformarse con verlos escapar llevándse el bolso en el que tenía el celular, los botines y los guantes de arquero. Todo pasó en no más de 10 segundos.

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