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Los delincuentes "no pierden el Norte" en La Plata y un barrio lo sufre

En el barrio Norte de La Plata, la ola de inseguridad es alarmante. Pese a que la comisaría segunda está enclavada a pocas cuadras y, existe una garita de monitoreo municipal en Plaza Alsina, los delincuentes andan "como Pancho por su casa". Nos referimos al sector comprendido entre las calles 1 a 7 y de 32 a 38, donde se repiten sin freno los episodios delictivos. Muchos de ellos callejeros, de la mano de motochorros que se mueven a toda hora del día, pero también de los pesados, con ladrones en banda adentro de las casas. Como le acaba de pasar a una jubilada de 81 años.

Nos referimos a Virginia Gray, que habita en 38 entre 2 y 3 desde 1957. Toda una vida.

Según contó, el martes por la noche entraron cinco delincuentes en su domicilio. Y lo curioso e indignante fue que montaron una especie de andamio, a las diez y media, para colarse por una ventana. Obvio, nadie vio nada. La Policía, dicen, brilla por su ausencia. Como en toda la Ciudad.

“Estaba en la cama y de pronto escuché ruidos. Me levanté y me encontré de golpe con tres tipos encapuchados, que bajaban la escalera de casa tras haber entrado por un ventanal corredizo, que quedó sin el seguro puesto”, detalló.

“Uno de los ladrones me tapó la boca con una de sus manos, mientras me ordenaba que no fuera a gritar. Pero lo que más miedo me hizo pasar fue la amenaza de otro de ellos: me dijo `te voy a cortar los dedos´. Consiguió asustarme mucho”, reconoció.

Asimismo, mencionó que “uno de los delincuentes me decía que adentro eran tres, pero que en total habían llegado cinco ladrones”.

Dijo que los ladrones “no mostraron armas, pero igual se comportaron de manera violenta”.

“Me zamarrearon un poco de un lado al otro”, recordó con sus ojos fijando la vista en el piso, como quien recrea mentalmente esa situación.

Si bien cubrían sus rostros, pudo de todos modos estimar que “parecían tener entre 25 y 30 años”. Al mismo tiempo, expresó convencida que “además no estaban drogados, demostraron estar bien lúcidos”.

CON LINTERNAS

Yendo puntualmente a las pertenencias que le quitaron, la jubilada dio a conocer que “me robaron unos 15.000 pesos, alrededor de 500 dólares, algunas joyas de oro, un poco de bijouterie de bajo valor y dos relojes de plata”.

De inmediato, recordó que, inclusive, engrosaron el botín con un aparato poco habitual: “También me sacaron el teléfono de línea”.

“Se quedaron como dos horas y revisaron bastante por toda la casa, en todo momento sin encender las luces. Vinieron con linternas y se alumbraban así”, reveló después.

Gray dejó a su vez su sensación de que “estaban muy desanimados, porque a lo mejor imaginaron que iban a encontrar mucho dinero, que no lo tengo porque soy jubilada”.

“Hasta el jefe de la banda no paraba de fumar, se lo veía muy nervioso”, finalizó.

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