"Fijate la plata que tenés en tu casa. Mirá los números de serie, porque hay algunos billetes que no van a circular más. Y si tenés cosas de oro, tené en cuenta que pueden desvalorizarse”. Con ese cuento, al menos dos delincuentes lograron sacarle todos los ahorros a una jubilada de 88 años en el barrio El Dique de Ensenada.
“Los malnacidos” tenían a la abuela marcada. Sabían su número de teléfono y dónde vivía. Por eso les resultó muy sencillo apoderarse de casi 200 mil pesos y algunas joyas de oro, con lo que se dieron a la fuga.
La maniobra consistió en un llamado a la línea fija del domicilio, donde atendió la damnificada. No pasó mucho desde que dijo “hola”, que del otro lado del comunicador un ladrón se hizo pasar por el sobrino. Otro dato que conocían.
Ahí le dijeron lo de los billetes y las joyas, que la mujer guardó en una bolsa y se quedó a la espera de que pasen a buscar todo desde el banco.
El hecho se registró en la calle 123 entre 34 y 35. Fue el jueves, poco antes del mediodía. Y, tal como le dijeron a la abuela, el timbre de su casa no tardó en sonar.
Era el supuesto empleado bancario, que le pidió la entrega de lo que había arreglado con el sobrino. Sin embargo, enorme fue la angustia de la dueña de casa cuando el verdadero familiar tomó contacto con ella y descubrieron lo que había pasado.
Al día siguiente radicaron la denuncia y los investigadores pidieron las cámaras de seguridad de la zona para ver si pudieron captar la llegada o salida del estafador, que por ahora, al igual que el cómplice, permanecen prófugos.
VULNERABLES
Se sabe que las personas de la tercera edad son muy vulnerables a este tipo de “manganetas”.
Los mayores suelen contar con dinero en su casa, ya sea por desconfianza o por tener más dificultades con los médicos de pago electrónicos.
Por otro lado es más frecuente que pueda haber algunas condiciones físicas que limiten distinguir las farsas telefónicas, como en los problemas de audición, o más habitualmente, cuando hay un deterioro cognitivo, que impide reconocer los relatos inconsistentes a los que se los expone y, para muchos las limitaciones en manejar temas económicos puede ser previa a los problemas de memoria.
Por todo esto es importante que se protejan especialmente estas situaciones que amenazan la economía y la salud física y mental de los adultos de avanzada edad.
Las recomendaciones son muchas y se dan permanentemente. En primer término, se recomienda no brindar datos personales, ni de ninguna cuenta bancaria a personas desconocidas o ajenas a la familia al momento de recibir un llamado telefónico. Además, nunca dejarlas ingresar al interior de la vivienda, ni entregarles ninguna suma de dinero.
Es importante que estos cuidados se tengan también en cuenta ante engaños por parte de ladrones que simulan ser empleados de empresas de servicio, lo que les permite ingresar al domicilio y cometer el delito.
Las campañas preventivas, se sabe, consisten en difundir una serie de mensajes cortos y directos, con el objeto de promover el uso de la tarjeta de débito y desalentar el uso del dinero en papel, para fortalecer su independencia económica y evitar abusos y estafas. Sin embargo, no a todos les resulta fácil o accesible.
LA PANDEMIA POTENCIÓ EL DELITO
Se sabe que durante los tiempos de pandemia los cuentos del tío y las estafas virtuales se potenciaron de sobremanera.
A decir de los expertos, las estafas virtuales son la continuidad -adecuada a la modernidad y los nuevos tiempos tecnológicos- de los llamados “cuentos del tío”, aquellos donde con un simple llamado telefónico alcanzaba para despojar a una persona de sus ahorros o bienes más preciados o cuando actuaban falsos operarios de empresas de servicios, que ingresaban a las propiedades bajo un ardid y, sin que nadie se diera cuenta, desaparecían llevándose algo consigo.